
Genio y figura
El notorio, que no ilustre, alcalde de San Blas, Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, Layín para sus muy próximos, nos hace ver muy claro que tenemos los gobernantes que merecemos.
A sus gracejadas la gente responde no sólo con aplausos y gritos de euforia, sino con votos. Su acto público de confesarse como un poquito corrupto –“pues sí, robé un poquito”, señaló con amplia y cínica sonrisa previo a las elecciones locales– le dio el triunfo en aquella localidad del Pacífico.
Ahora se exhibe en su fiesta de cumpleaños, donde derrochó 15 millones de pesos en cerveza, barbacoa, viandas y música de la banda Recodo con dinero –que dijo fueron aportaciones de sus amigos, ¡vaya amigos tan ricos y poderosos!–, y exhibe también los calzones de Rosita hasta en dos ocasiones ante la algarabía de los concurrentes.
Exhibido ante los medios de comunicación y en las redes sociales se vio obligado a dar una disculpa pública por su aberrante acción que llegó a ser cuestionada por diversas organizaciones pro derechos de las mujeres y legisladoras que demandaron una sanción inmediata y ejemplar para el presidente municipal de San Blas.
Layín, en entrevista televisiva, se dijo arrepentido de haber alzado el vestido de Rosita hasta en dos ocasiones para mostrar sus ropas interiores, pero en ningún momento demostró su pesar por “haber hecho un convite para 50 mil personas” a la que acudieron personas hasta de otros estados vecinos, pues “fue una fiesta para el pueblo”.
Hilario, hombre de campo y granjas de mango, dejó claro que con pan y circo tiene ganada la voluntad de sus gobernados, a quienes como en el desaparecido imperio romano a base de dádivas los tiene comiendo de su mano.
Amén de machista, misógino y simplista, Hilario muestra la faz de cientos o hasta miles de nuestros alcaldes, que en sus territorios hacen y deshacen sin que nada ni nadie les ponga límites. No olvidar que Abarca y señora, en Iguala, también se ganaban la voluntad del pueblo con sendas fiestas.
Sus palabras en televisión no son creíbles y llevan de la risa a la indignación: “cuando uno está alegre y las mujeres están alegres no mide uno; no es pretexto, pero le pido una disculpa a mi amiga Rosita; a su mamá; a toda su familia; a su padrastro y a todas las mujeres del mundo, porque soy una persona seria. No lo hice con mala intención”.
Y para resarcir los daños anunció otra fiesta –vaya con el tipo, piensa que de reventón en reventón puede sostener su maltrecha imagen—para conmemorar el Día de la Mujer, con regalos y baile “con las manos levantadas y ser congruente”. ¿Congruente con qué? Con sus malas acciones, con su mal gobierno, con sus fiestas, con su desfachatez, con su cinismo, con su machismo. No contento con sus parrandas y declaraciones, Layín dejó ver su parte más oscura de macho, de muy macho mexicano: ”me ganó la emoción de la fiesta, pero también le ganó la emoción a la muchacha, porque andaba muy contenta”.
Al respecto, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujerres) reprobó y rechazó el comportamiento del alcalde nayarita, pues contribuye a reforzar en el imaginario colectivo la idea de que las mujeres pueden ser objeto de cualquier tipo de vejación y agravio a su dignidad a sus derechos.
Y ciertamente el ser servidor público exige probidad y una actitud republicana y austera. El cargo público no es carta blanca para realizar acciones que ofendan y degraden a la ciudadanía. Debe entenderse que los servidores públicos, más aquellos que son electos por la voluntad del pueblo a través del voto, deben que tener un comportamiento apegado a las leyes y a una ética, tanto en su vida privada como en la pública, más aún en ésta.
Y es que en tiempos electorales las propuestas a diversas candidaturas plurinominales han despertado la risa y la burla de los electores, que a través de las redes sociales y de los memes hacen ver su rechazo a personajes descreditados en la vida pública y para la vida pública. Tal es el caso de Carmen Salinas, la actriz de 81 años que será recompensada por su lealtad al PRI con un puesto en el legislativo sin mayor mérito político o social. A no ser que sus papeles como fichera la encumbren como redentora de las damas del tacón dorado; o bien el carnal Marcelo Ebrard, quien descobijado por el PRD y Morena encontró abrigo en Movimiento Ciudadano de Dante Delgado.
Si la ciudadanía estaba desencantada con la clase política y el quehacer de los partidos políticos, estos ejemplos no abonarán a que las próximas elecciones locales sean las más concurridas y competidas. La abstención reinará y será considerable el número de los votos nulos. El rechazo, pues, a la partidocracia y a los políticos.