Eliminar autónomos, un autoengaño/Bryan LeBarón
Las próximas elecciones locales y federales dejan ver, desde ahora, el choque de trenes que corren por los carriles de la izquierda.
Al iniciar la semana, Andrés Manuel López Obrador retó al jefe del Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera a un tiro directo, al señalarle que si está interesado en apoyar a algún candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), pues que “renuncie y se ponga a hacer campaña”.
Al efectuar su segundo acto de campaña en pos de la capital de la República, Andrés Manuel López Obrador, líder de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), expresó que «no busca pleito con Mancera», pero que no permitirán que se utilice el aparato del gobierno de la ciudad de México para favorecer a sus contendientes.
Ante cientos de sus seguidores reunidos en acto público afirmó: “no queremos que se apoye con el presupuesto a Morena ni a ningún otro partido. No queremos –enfatizó– que se apoye ni al PRI ni al PAN, ni al PRD». Así, el líder de Morena abrió un nuevo frente, pero ahora contra el gobierno capitalino y sus mandos, luego de que la dirigencia de su partido se reuniera a puertas cerradas con autoridades del GDF.
Así, la disputa por la ciudad de México, en lo referente a las 16 delegaciones políticas y los curules de la Asamblea de Representantes luce, desde ahora, como una lucha a muerte entre las “izquierdas” representadas por el PRD y Morena. Una reciente encuesta realizada por un diario capitalino demuestra que si hoy fueran las elecciones, ambos partidos empatarían con un 24 por ciento cada uno en la preferencia de los capitalinos.
Y si las cosas no fueran claras de entender, ayer los morenazos descalificaron al todo poderoso y estratega político del Gobierno Capitalino, Héctor Serrano, secretario de Gobierno, pues simplemente no confían en él como interlocutor y exigieron comunicación directa con el jefe de gobierno.
El doctor Miguel Ángel Mancera, ex procurador de justifica del Distrito Federal y experto en cuestiones de seguridad, ahora deberá aplicar sus neuronas a las lides político-electorales contra un peso pesado como lo es Andrés Manuel, en un combate abierto y de sobrevivencia donde las apuestas no le son favorables con todo y los recursos de la Ciudad de México y el respaldo del PRD de los chuchos, tan diezmado por los horripilantes hechos de Ayotzinapa, Guerrero.
De la maratónica reunión a puertas cerradas se sabe que, encabezados por Martí Batres, acusaron a Héctor Serrano de actuar más como dirigente del PRD que como funcionario público y de comandar una de las tribus amarillas conocida como Vanguardia Progresista. Enfatizaron que desde la Secretaría de Gobierno “se opera con prácticas bejaranistas” con la instrumentación de programas de salud, desarrollo social y sistema de aguas en tiempos electorales, a la vez que se obstaculizan actos de campañas en algunas delegaciones.
La reunión, en la sala de juntas del propio Mancera, fue calificada por los morenazos como “dura y ríspida”. En la misma reunión el jefe de gobierno capitalino respondió al reto de López Obrador de que “renuncie para hacer campaña”, asegurando que su gobierno no apoya ni a candidatos ni a partidos. “Mi función –dijo Mancera como tratando de guardar distancia y ser prudente en el conflicto que crece—es generar un piso parejo”.
Mancera enfatizó, en un intento por delimitar trayectos y no salir raspado en el proceso electoral por la lucha de la ciudad que “mi gobierno no se-encuentra en formato de campaña. No apoyo a nadie puesto que no soy militante de ningún partido. Prueba de ello es que mi administración no intervendrá y he dado instrucciones a los integrantes de mi gabinete de cómo deberán de actuar en torno al proceso electoral”.
Es de esperarse que al ring se quieran subir otros personajes del PRD como su dirigente local Raúl Flores quien aseguró que es falso de toda falsedad que Mancera esté realizando cualquier acto de promoción a favor de los candidatos del partido del Sol Azteca. Y acusó a Morena de efectuar actos anticipados de campaña, como los eventos en la delegación Gustavo A. Madero, cuando oficialmente las locales deben empezar hasta el 20 de abril.
Así, los contendientes por la ciudad de México, en las que el PRD aún encabeza las preferencias para jefes delegacionales con el 31 por ciento de la intención del voto, mientras que Morena tiene el 20 por ciento, se calientan y es de esperarse diversos desencuentros y hasta enfrentamientos entra las “izquierdas”.
Del PRI y el PAN en su lucha por la capital, poco que decir, pues ocupan los terceros y cuartos lugares en la intención del voto tanto para la Asamblea de Representantes como para las jefaturas Delegacionales. No levantan, ni levantarán…