Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Dice el refrán que después del niño ahogado quieren tapar el pozo, dicho que bien encaja en materia de movilidad y ciclismo en la caótica ciudad de México.
Ahora, y luego de la muerte de tres ciclistas al ser arrollados por automotores, se diseñará la principal ciclopista de la megalópolis que irá de Mixcoac a la Condesa y de regreso por los carriles derechos de las avenidas Revolución y Patriotismo: diez kilómetros que prometen entregar en febrero próximo, y que incluso se ampliarán hasta el túnel que cruzará Insurgentes a la altura de Río Mixcoac; se reparará la dizque ciclovía de la colonia Del Valle que corre por Adolfo Prieto; se pondrán señalizaciones diversas y se hará prueba de habilidad a los ciclistas.
Tuvieron que ser sacrificados tres ciclistas en distintos puntos de la ciudad (se estima que más de 200 bicicletos son atropellados al año) y efectuarse una mega protesta dominguera de quienes pedalean en contra las ineptitudes e ineficiencias del gobierno capitalino para que éste reaccionara, tardíamente sí, pero al fin reaccionó. Empero, las medidas no son del todo suficientes ni bienvenidas.
La prueba de habilidad en los ciclistas, propuesta por el ex todo poderoso Héctor Serrano, hoy secretario de Movilidad ha sido duramente criticada y lleva a la risa.
Leo con sorpresa la siguiente nota: “Debido a accidentes de ciclistas que últimamente se han registrado en la Ciudad de México, Héctor Serrano, el titular de la Secretaría de Movilidad (SEMOVI), dio a conocer que todas las personas que utilicen bicicleta como medio de transporte, deberán acreditar la pericia para poder hacer uso de su bicicleta”.
El ex secretario de gobierno afirmó que esta acreditación de pericia, será por la seguridad tanto de la persona que utilice este método de transporte, como para los choferes de automóviles y así como de los transportes públicos, debido a que esto puede ayudar a reducir los accidentes.
Agregó el funcionario capitalino que si al momento del accidente se llega a acreditar que hubo alguna negligencia por parte del chofer involucrado en el percance, en caso de ser transporte público se dará pie a la cancelación de la concesión de la unidad correspondiente. Estas medidas se han tomado gracias a los accidentes registrados últimamente en la Ciudad de México, entre usuarios de bicicletas y transportes públicos.
Nótese que la nota dice que las medidas se han dado “gracias a los decesos”. Es decir que no hay ningún respeto por la vida de los usuarios de ese transporte a quienes se “agradece” el sacrificio hecho para instrumentar una nueva ocurrencia. La mayoría de los ciclistas y no ciclistas han calificado a la citada futura acción “como una puntada”. Dice la periodista Nora Patricia Jara, del IMER al respecto: “Las ocurrencias disfrazadas de programas públicos siempre traen consecuencias, esta es una”.
Y así en materia de movilidad vamos de tumbo en tumbo, mientras la gran urbe se colapsa ante el crecimiento irrefrenable del parque vehicular frente a un insuficiente transporte público.
Hoy en día circulan más de cuatro millones de automóviles. La buena noticia es que ya opera en su totalidad la Línea 12 del metro, después de 20 largos meses, casi un año, del cierre de once estaciones. Miguel Ángel mancera comprometió su palabra –si algún valor tiene aún—en que operará eficientemente y no volverá a cerrar. Veremos.
Héctor Serrano ha advertido que serán canceladas las concesiones de cuyas unidades se vean inmiscuidas en atropellamientos de ciclistas. No mencionó a los peatones. Dijo al respecto que en otro tiempo la sanción era la vinculada con lo que la ley penal determinara, pero ahora si a consecuencia de un accidente vial se acredita que hubo negligencia y poca prudencia del conductor, también se va a hacer el proceso de cancelación de la concesión de la unidad.
Quedará, entonces, en manos de los concesionarios educar, capacitar y civilizar a los conductores de sus unidades. La tarea luce titánica pues hay auténticos salvajes conduciendo estas unidades y no es raro verles echar carreras en vías primarias como Revolución, Patriotismo, Reforma o Avenida Aztecas, por citar algunas.
Serrano, enérgico, (espero lo sea advirtió): “No vamos a permitir que ningún transporte concesionado se apodere de las calles; lo hemos dicho, la conducción prudente de respeto, de civilidad que merecen los ciudadanos está en nuestras manos, que ellos con estas sanciones empiecen a cuidar su propio patrimonio.
Suena bien, y le recomendaría al funcionario capitalino se diera una vuelta por Insurgentes Sur, allá por la Bombilla de San Ángel, donde los camiones concesionados circulan por pleno Insurgentes cuando está totalmente prohibido; hacen base en Insurgentes, a la altura del mercado de San Ángel y han destruido la carpeta asfáltica diseñada para el peso de automóviles no de camiones pesados. Ahí, pese a las palabras de Serrano, se han apropiado de las calles.
Para mí: mucho rollo, pocas acciones.