Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Y mientras en Chapotitlán continúan chapotizadas la información y la opinión y todos están chapotizados, en Guerrero la ola de sangre y violencia se extiende y cubre, no sólo la llamada Tierra Caliente, sino buena parte de su territorio. La inseguridad, el plomo y el fuego imperan en aquel estado del Pacífico mexicano.
Apenas inicia el año y ya se contabilizan 31 ejecutados en Acapulco, la joya de aquella entidad, en tanto que el número en los primeros 76 días del gobierno priísta suman ya 319.
Todos ocupados en el trabajo del actor y activista, aunque mal reportero, Sean Penn y la actriz que interpretó a la reina del Pacífico, ya muy metida en su rol, Kate Del Castillo y la pseudoentrevista realizada a petición del narco, así como en las peripecias en la recaptura del mismísimo capo Joaquín El Chapo Guzmán, y muy pocos enterados de la tragedia guerrerense. Tragedia que sólo es recordada si el tema de los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala es tocado por alguna organización internacional no gubernamental.
Ayer, contados diarios prestaron atención a un hecho profundamente preocupante y lamentable. Informaron que El gobernador Héctor Astudillo precisó que son 17 las personas levantadas por un comando armado cuando se dirigían a una boda la noche del sábado en la comunidad El Salitre, municipio de Arcelia, y no 10 como se había dado a conocer inicialmente el pasado lunes. Es decir tuvieron que transcurrir cuatro días para entender la gravedad de la nueva situación y de que se trata de vidas humanas.
El gobernador de aquella entidad informó que a raíz de una denuncia interpuesta ante el Ministerio Público del Fuero Común de Arcelia, por parte de los familiares de los desaparecidos, se inició de inmediato un operativo compuesto por militares y corporaciones policiacas, incluidos dos helicópteros de la PGR, para buscarlos y rescatarlos. Ayer también, a dos días de los citados hechos, un grupo armado secuestró al director y a cuatro maestros de una escuela secundaria, quienes se encuentran desaparecidos. El plantel está en el municipio de San Miguel Totolapan, ubicado en Tierra Caliente.
Datos proporcionados por el diario Reforma, el martes en su primera plana, destacan que durante el gobierno de Héctor Astudillo, han sido asesinadas 319 personas en casos presuntamente relacionados con la delincuencia organizada, según el Ejecutómetro de Grupo Reforma.
Los crímenes han ocurrido en tan sólo 76 días, en 27 de los 81 municipios del Estado. Veinte de las víctimas fueron mujeres y al menos un menor de edad. También hubo familias enteras asesinadas. Los cuerpos de 31 víctimas estaban en fosas clandestinas.
La violencia durante el Gobierno de Astudillo ha afectado tanto a zonas urbanas, como Acapulco, con 130 muertos; Chilpancingo, con 26, e Iguala, con 8, y a zonas rurales. Entre los muertos están policías comunitarios, activistas, políticos, agentes estatales y municipales.
Cifras en verdad aterradoras y nadie contiene la violencia en aquella entidad.
Por si fuera poco, este martes se supo que un grupo de hombres armados secuestró a cinco maestros –entre ellos el director– de una secundaria técnica de la comunidad de Santana del Águila, en el Municipio de Ajuchitlán del Progreso.
¿Qué pasa en Guerrero? ¿Por qué no encendemos los focos rojos a lo que haya sucede a diario?
Porque detrás de los hechos no hay personas glamurosas como Sean Penn haciendo dizque entrevistas a poderosos capos. Bueno que demuestre, pues, sus dotes de reportero y vaya a la Tierra Caliente, a la Montaña a armar una historia. O que Kate Del Castillo busque locaciones en las cañadas, barrancas o zonas amapoleras y mariguaneras de Guerrero, donde los campesinos son esclavizados para producir enervantes y quienes se niegan son desaparecidos o muertos.
Que hagan un reportajazo sobre la ruta de la heroína, misma que tiene invadido el mercado de Chicago, Illinois, y de la que se ufanó el Chapo Guzmán surte en grandes cantidades.
Guerrero entero es una gran tragedia, digno de un gran guión cinematográfico o una serie de terror interminable, pero pocos voltean sus ojos hacia allá, mientras no se trate de sacarle raja política al asunto. Demás queda decir que nada aún se sabe de los 43 jóvenes desaparecidos de la escuela rural de Ayotzinapa.
Empero, es de reconocer que ayer se detuvo en la entidad el jefe del Ejecutivo Federal y reconoció que hay altos índices de violencia en aquella entidad. Así, Peña Nieto se comprometió a que la estrategia de seguridad en la entidad deberá ser revisada mes a mes con el fin de garantizar resultados. Lamentó, como todos, que hoy Acapulco destaque en el plano internacional por la violencia y no por sus atractivos turísticos.
Veremos pues si aquí también pueden anunciar, triunfantes, Misión Cumplida y cantar el Himno Nacional con todos los guerrenses. En verdad lo deseo, pero lo dudo.