Regresará Malcolm el de en medio con nuevos episodios
MÉXICO, DF., 21 de julio de 2014.- Sus piernas cortan el aire como si fueran hélices de helicóptero y para el ojo no entrenado, parece más un gimnasta que alguien que responde a la música que las bocinas explotan. Gira sobre su cabeza. Se para no solamente sobre sus manos, sino también apoyado en el antebrazo o de formas que nunca se te ocurrirían. Los movimientos son imposibles para una persona común.
Si intentaras hacerlo te fracturarías tres huesos en 30 segundos. Mueve los pies más rápido que cualquier espectador y sólo muestra una pequeña parte de su talento. No está compitiendo. Omar Delgado Macías, a sus 32 años, es ya un veterano del breakdance, pero aún trata de entender a su cuerpo para seguir haciendo lo que ama durante el mayor tiempo posible. 20 años después de haber conocido a los B-boys de California, es uno de los que mejor los representa.
El nombre de batalla de Omar es Roxrite y actualmente vive en San Diego,
California. “Cuando empecé en el 95 no pensaba que esto pudiera ser un trabajo, porque no conocíamos a nadie que ganara dinero con el baile. A mí me encantaba la forma de ser, cómo me sentía cuando lo hacía, las reacciones de quien te ve y la batalla”, dice el B-boy nacido en México.
“En esos tiempos yo sólo quería aprender las movidas que me gustaban y ganarle a los mejores B-boys de mi área. Eso era lo único que importaba. No existía aquello de hacer un paso para grabar tal película o para ganar dinero; nada. Yo quería ser el mejor de la comunidad entera. Quise ser el mejor desde San Francisco hasta Oregón y que no me ganara nadie. Esa era la mentalidad y eso fue lo que pasó”.
Roxrite empezó a bailar en 1995 aunque no en su natal Guadalajara, sino en el área de San Francisco, donde su padre pintaba casas y ayudaba en la cosecha de uva. Ahí había muchos bailadores y en ese entonces no hacía nada con su tiempo: “Sólo estaba con mis amigos ahí de vago y luego conocí el baile. Me llamó la atención y comencé a practicar y nunca me detuve”.
Le tomó tres años salir de su ciudad y competir por su estado. “Entendí que me tenía que chingar para poderle ganar al mejor de EU. Era mi sangre de guerrero. Tenía el ojo del tigre”. A su entender y con pesar, la corrección política ha afectado también al hip hop y a su espíritu competitivo:
“Ahora la gente es muy sensible y dicen que no se trata de batallas y muchos B-boys quieren que todos seamos amigos, pero cuando iniciamos no era así. En cada evento al que ibas peleabas contra alguien. No nada más ibas y bailabas siendo amigo de todos. Eso no existía. Entrabas, veías el círculo y te dabas cuenta de quién era el mero mero. Si probabas tu talento con él y si te ganaba, ibas a tu casa, entrenabas y regresabas hasta que le ganaras”.
Así se forjan los campeones. Los héroes de la cuadra. Superhéroes del asfalto. Roxrite fue uno de los tres jueces de la edición en México de Red Bull BC ONE, que se llevó a cabo en El Centro Cultural Estación Indianilla, un antiguo taller de tranvías cerca del Centro del DF. Nos referimos a la competencia más grande de B-boys. El ganador competirá por el orgullo de representar no sólo a su barrio, sino a su país en Brasil, para eliminarse con los mejores del continente y después pelear por el título supremo del planeta en la competencia final en París, una ciudad donde la escena del hip hop es amplia. De tradición y abolengo.
En 1999, Roxrite batalló contra una leyenda cuando aún era un desconocido. Se llamaba B-boy Crumbs y es uno de los breakdancers que han hecho historia en el baile. Nadie conocía a este muchacho de 16 o 17 años y le estaba ganando. Al final, Crumbs ganó en muerte súbita, pero le costó más de lo que cualquiera hubiera pensado.
“En ese momento mi mentalidad cambió, me di cuenta que no importa de dónde seas sino el talento. Si eres de aquí o él tiene fama es algo que no importa. Tú tienes que demostrarles quién eres”. Luego de eso, en 2000, tuvo una batalla en un círculo contra dos personas durante 30 minutos y terminó por ganarles. En el 2005 ganó el UK Champs, en 2011 ganó el Red Bull BC ONE con movidas que nunca nadie había hecho.
Lee la entrevista completa en la edición de agosto de The Red Bulletin.