Abanico
“San Lázaro que los niños hablen, es abril, como cada año. Es cuanto”
La mitad de nuestro futuro y riqueza nacional viven en la pobreza.
“Me dirijo a usted de la forma cordial para pedirle un poco de atención. Es que yo y mis compañeros de la comunidad necesitamos una ayuda como un apoyo de su parte en el transporte necesitamos unas bicis o un camión para ir a la secundaria…”
Así inicia la carta dirigida al presidente Enrique Peña Nieto por Francisco Flores, un niño de 14 años de edad, de la comunidad del Cazahuate municipio de Izúcar de Matamoros, Puebla, que tiene que caminar de lunes a viernes casi dos a tres horas, dependiendo del estado del tiempo y del camino, para llegar a su secundaria en Los Limones, la comunidad más cercana con una escuela secundaria, en el mismo municipio, a las que asisten otros siete niños.
Francisco, cuando hay, come frijoles, chile, cacahuates y semillas de calabaza que siembra su madre, quiere ser veterinario, no para atender animales, sino para tener algunos, no pide dinero, ni trabajo, ni comida, pide al presidente ayuda para ir a la escuela.
Esos niños esperan que el presidente Enrique Peña Nieto reciba esa carta y ordene al secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, la construcción de un camino pavimentado para que pueda llegar un autobús a la secundaria de Panchito.
Una ruta de aproximadamente tres a cuatro kilómetros de terracería para dar acceso a cuatro comunidades o rancherías de 8 a 14 familias cada una, claro hay unas miles de prioridades antes de esos siete niños que con su recortado presupuesto la SCT tiene que cubrir.
No saben su nombre porque nunca se ha acercado a su comunidad, sino habrían marcado copia al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, para que llevara con amplia cobertura y difusión en medios poblanos un par de autobuses, aunque sea para ayudar a su gallo, el candidato del PAN a la gubernatura de ese estado, José Antonio Gali Fayad “Tony Gali”, para ganarse esos 32 votos que hay en esa zona.
Pocas muy pocas esperanzas tienen Francisco y sus compañeros de que la ley les alivie el camino de tierra, lodo y riesgos a su secundaria pues de las 53 iniciativas pendientes en la Comisión de Educación Pública y Servicios Educativos de la Cámara de los Diputados, que preside la perredista Hortensia Aragón, ninguna responde a la demanda de Francisco.
Y eso que pide el niño poblano no es tema en la Comisión de Derechos de la Niñez de la misma cámara, encabezada por el diputado Juan salvador Valencia, también del PRD, ahí están en lista de espera 19 iniciativas.
Una comisión que guarda para otros periodos de sesiones, y porque no legislaturas, propuestas para proteger a la infancia mexicana, ideas legislativas que van desde alejar a los niños de los fumadores como expone la diputada Guadalupe Gamboa del PRI, hasta considerar la Educación Inicial para atender a los niños de cero a cuatro años de edad, dice la propuesta de la diputada del PES Edith Martínez.
Panchito no sabe es que sólo es uno de los más de los más de 21 millones de mexicanos menores de 17 años que viven en la pobreza, y está a un puñado de cacahuates y frijoles de pasar a las filas de los 4 millones 700 mil niñas y niños que padecen la pobreza extrema.
Ese puñado de niños que en su escuela de educación comunitaria, ni siquiera formal, que quieren ser campesinos como sus padres o veterinarios y médicos como lo ven en los libros, en medio de su pobreza son de los afortunados, llegaron a la secundaria, a lo que no tienen acceso 6 millones de infantes mexicanos.
Cifras que aparecieron el todos los medios, incluyendo la revista Forbes, que se sumó la pobreza de los niños mexicanos en sus páginas de multimillonarios del mundo, de los que sólo uno de ellos tiene más recursos que todas las familias de esos 21 millones de infantes pobres, incluidos varios de sus paisanos que encabeza Carlos Slim.
También se pueden leer esas cifras en todos los periódicos desde cuatro años, cada vez que se acerca el Día del Niño, y si vamos más atrás, a lo publicado en 2008 o 2010, podemos apoyar las declaraciones de no pocos funcionarios de “vamos bien”, e incluso de lo publicado por el INEGI en 2014.
“San Lázaro ¡Feliz Día del Niño!”