El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Independientes, si, hasta que ganan
La desconfianza y descomposición interna de los partidos políticos han dado fuerza a la figura político electoral del candidato independiente, que si hubiera tenido la fuerza y aceptación que ahora tiene, en 1988 Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano hubiera sido el primero de ellos, y, quizá el PRD no existiría.
Sin embargo, el sistema político mexicano no está preparado para las candidaturas independientes, no existe una base jurídica capaz de dar fuerza y garantía de resultados a su gestión, como es el caso de Jaime Rodríguez El Bronco, y menos aún en cuerpos colegiados como son los congresos federal y estatales, o los cabildos de un municipio.
Todo el sistema de gobierno está estructurado y pensado con base en un sistema partidista, así se toman los acuerdos, por los partidos; así se reparten las comisiones en los congresos; así se integran los gabinetes, con gente del partido, si no pregúntele a Jaime Rodríguez El Bronco.
Y qué si llegan a ganar una gubernatura, con qué fracción o grupo parlamentario van a apoyarse en su congreso. Para las próximas elecciones del 5 de junio intentaron ser candidatos independientes a gobernador 27 prestigiados mexicanos, muchos de ellos “ex” de alguno de los partidos político dominantes. De hecho, el registro más nutrido fue en Puebla donde hasta el momento ninguno de los siete aspirantes independientes al Gobierno poblano ha logrado su registro.
Sólo siete de 27 aspirantes a alguna de las 12 gubernaturas cubrieron los requisitos, sólo siete alcanzaron a juntar una cantidad de firmas ciudadanas que en porcentaje de electores apenas alcanza para conservar el registro de un partido que no tienen. No para ganar una elección.
Llegaron a hacer campaña como candidatos a gobernar un estado Gabriel Arellano Espinoza en Aguascalientes; José Luis Barraza González para Chihuahua; Alejandro Campa Avitia, en Durango; Cuauhtémoc Frías, en Sinaloa; Francisco Chavira Martínez en Tamaulipas; Jacobo Hernández Corona para Tlaxcala, y Juan Bueno Torio en Veracruz. Siete de 27.
Son diez veces más los candidatos independientes que lograron su registro para diputados locales asambleístas en el DF o a presidencias municipales.
¿Y qué si llegan a ganar?, ¿Cómo podrían impulsar una iniciativa?, e incluso ¿Cuál sería el destino de sus propuestas en el mero trámite de inscribirlas en las comisiones de trabajo?, ¿Cómo podría aspirar a ser presidente o secretario de alguna de esas comisiones? si se reparten por el número de diputaciones que tiene cada una de las fracciones parlamentarias.
Se necesitan cinco diputados para que un partido o grupo sea considerado fracción, a cuál pertenecerían.
Preguntemos a los presidentes del Senado Roberto Gil Zuarth, y al de los diputados federales Jesús Zambrano Grijalva, las cuales conforman el Congreso de la Nación, porque es el año que le toca al PAN y al PRD respectivamente.
Cuándo le tocaría a un independiente, según las leyes y reglamentos vigentes de esas cámaras, nunca. Son independientes, van solos y condenados a replegarse a la voluntad de las mayorías, no de aquellas en las que encuentran simpatía, sino de esas otras, las que mandan.
Están en marcha las campañas electorales en 14 entidades del país, donde habrá elecciones el 5 de junio. En 12 de ellas se elige gobernador, diputados y ediles; en Puebla sólo gobernador; Veracruz cambia a su mandatario y congreso local; en Baja California se eligen diputados y cinco presidentes municipales, y en la Ciudad de México se votará por quienes integrarán la Asamblea Constituyente.
La capital del país está por adquirir su estatus de estado soberano, y para ello 450 candidatos de nueve partidos compiten por los 60 lugares que se disputan por elección, competencia en la que se aceptó a ocho candidatos independientes.
En todos se presentaron aspirantes o candidatos independientes, aunque los gobernadores de Puebla, Rafael Moreno Valle, y Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, no permitieron que los sin partido pasaran la prueba. En los otros 12 están en campaña los independientes. Levantan la mano para hacer frente a la corrupción y la opacidad en la selección de muchos de los candidatos a puestos de elección popular en los partidos, la candidatura independiente ofrece prestigio y transparencia personal, características que lamentablemente no muchos de quienes aspiran a ser independientes tienen.
De hecho, la figura de candidatos “independientes” se aprovecha por aquellos que no fueron ungidos en sus partidos, ni tuvieron el peso político para vender su candidatura o presencia a otro partido. Tampoco abunda la maestría de los Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Monreal Ávila, cualquiera de ellos pudo ser independiente, y eligieron pasar de un partido a otro, y a otro y a otro, aunque alguno de ellos se autodenomine héroe de la democracia. Pero también ahí están Jorge Castañeda y Pedro Ferris de Con, suerte.
“San Lázaro, hay que acompañar a Castañeda, hasta que se afilie”.
Y San Lázaro y cuántas comisiones me tocan como diputado independiente. Es Cuanto”