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El vuelo del hombre gana premio biblioteca breve 2025 de Seix Barral
MÉXICO, DF, 21 de mayo de 2015.- Palmira es una ciudad con menciones de al menos dos mil años antes de la era cristiana, erigida con tradiciones locales que siguieron técnicas grecorromanas más la influencia persa, refiere una nota de la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
Ubicada a unos 230 kilómetros al noreste de Damasco, capital de Siria, se asienta en un oasis que era usado por caravanas cuando cayó bajo el dominio del Imperio Romano que se hizo de la que llamó provincia de Siria, en el primer siglo de la era cristiana.
Pronto se convirtió en un centro comercial de primer orden de las rutas comerciales que iban a Roma desde Persia, India y China, describe la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (UNESCO).
Palmira tiene como eje una avenida bordeada de columnas de mil 100 metros de largo que une los diversos sitios de interés, por ejemplo el Templo de Ba’ál, dios semita responsable de la lluvia y la fecundidad.
Este templo es considerado uno de los edificios religiosos más importantes construidos en oriente en el siglo I de esta era, con un diseño único.
También figura el Campo de Diocleciano, el Ágora, el Teatro y otros templos, así como esculturas funerarias que fusionan el arte greco-romano con tradiciones locales y la influencia persa.
A las afueras de la ciudad aún se encuentran vestigios de un acueducto romano y monumentos funerarios en el llamado Valle de las Tumbas, con decoraciones y métodos de construcción únicos.
De acuerdo a la UNESCO, su avenida con columnas es un ejemplo característico de un tipo de estructura que revela un avanzado desarrollo artístico, y muestra también la expansión del Imperio Romano hacia el oriente.
Palmira, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1980 y ahora bajo dominio del Ejército Islámico (EI), debe ser protegida, al igual que la población civil, señaló la víspera la directora general de la UNESCO, Irina Bokova.