Aprehenden a Marilyn, acusada de psiquiatra falsa
Como cada año, Irene Espidio Torres se alista para vender el pan de muerto que ofrece en el mercado Benito Juárez de Atlixco, Puebla, así como en la panadería Santa Irene, el negocio familiar.
Con 44 años de experiencia en la elaboración de este pan tradicional, Irene revela que parte de su sabor se debe a las características de su horno, mismo que califica como único, pues su construcción a base de ladrillo, gravilla, arena, sal y vidrio, permite aprovechar al máximo el calor de una flama que dura encendida sólo unos minutos y que genera una temperatura de hasta 200 grados.
Para su familia, la elaboración de este pan no es sólo una tradición que se transmite de generación a generación sino una fuente de ingresos que ayuda a la economía de la casa.