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MEXICO, DF, 28 de mayo de 2014.- Para el Estado, “la gente ya no es prioridad ni el centro de atención de vida, lo más importante es el dinero y el capital”, denunció el padre Alejandro Solalinde en su primera participación en el Encuentro Nacional de Autodefensas Ciudadanas, que se realiza en el Polyforum Cultural Siqueiros.
El sacerdote señaló que los estados en los se registran la mayor parte de los secuestros y atentados contra migrantes son Tabasco y Veracruz, y acusó que los organismos no gubernamentales que defiende los derechos de los migrantes han interpuesto más de 200 denuncias ante las autoridades mexicanas, que sólo han dado atención limitada a dos de ellas..
“Exigimos al Estado Mexicano que proteja a los migrantes y garantice el ejercicio de sus derechos”, demandó, y precisó que las leyes mexicanas impiden muchas veces “no nos dejan proteger a las poblaciones de migrantes.
Por ello, Solalinde hizo un llamado a la sociedad civil para que se pronuncie a favor de la autoprotección ciudadana “sin armas y de forma pacífica. Propuso que los ciudadanos que estén de acuerdo deberá poner fuera de su casa un moño verde, que representa el concepto de autodefensa.
“Hoy en este país a la gente nadie la protege, especialmente a la más sencilla, máxime si no son de aquí como es el caso de los migrantes que cruzan territorio mexicano”, dijo el sacerdote.
Solalinde confirmó que ha recibido innumerables amenazas de muerte por parte del crimen organizado, y denunció que el Estado Mexicano “asumió un modelo económico que da prioridad al capital financiero y se olvida de la mayoría de los pobres, de los migrantes, los campesinos y los indígenas”.
“No nos extrañe ver a un presidente de la república acabando como empleado de una compañía transnacional o de un banco. Hoy estamos sujetos a la violencia, a los asesinatos, los secuestros, los robos. El Estado Mexicano ha sido rebasado y no protege ya a sus ciudadanos, mucho menos a los migrantes”, acusó el defensor de los grupos migrantes.
A partir de los huracanes del 2000 que azotaron Centroamérica, dijo el sacerdote, miles de personas decidieron abandonar sus países, lo que hizo que la delincuencia y las propias autoridades aprovecharan el éxodo para robarlos, explotarlos y violentar sus derechos, concluyó el sacerdote.