Pelea de Xochimilcas: lucha ancestral contra la opresión

CHILPANCINGO, Gro., 5 marzo de 2014.- En el municipio de Zitlala, ubicado en la montaña baja del estado de Guerrero, se llevó a cabo la tradicional y prehispánica pelea de  Xochimilcas.

La pelea de los Xochimilcas tiene sus orígenes desde la época prehispánica, según los historiadores del municipio, narraron que en la llegada de los españoles raptaban a las doncellas y robaban las pertenencias valiosas a los indígenas, al ver esta situación buscaron una estrategia para defenderse y decidieron disfrazarse de mujeres para atacar al enemigo, con el huipil y la náhuatl.

El historiador Eduardo Sánchez Jiménez, dijo que desde años anteriores ha existido una rivalidad entre los barrios por lo que nadie podría cruzar la línea, ya que si una persona cruzaba a otro barrio este era atacado a pedradas. Sánchez Jiménez, recalcó que la pelea de los Xochimilcas se conforma por dos grupos rivales: la cabecera de San Mateo contra el barrio de San Francisco y la localidad de Tlaltenpanapa.

Es así que cada 4 de marzo, en la plaza cívica de la cabecera municipal de Zitlala, cientos de niños, jóvenes y adultos se enfrentan a puño limpio, donde al final del encuentro todo vuelve a la normalidad como si nada hubiera pasado.

Zitlala representa un gran legado cultural e histórico y lo coloca como una zona turística importante al contar con lugares como: la Ex Hacienda de Eucaria Apreza, en la localidad de Tlapehualapa; el Templo del Agua, en Tonalapa; las ruinas arqueológicas de Santa Mónica, que es un antiguo asentamiento indígena ubicado al sur de la cabecera municipal; la presa Viramontes; el cerro de Zitlaltepec y las pinturas grafico-rupestres de la cultura olmeca, localizadas en la comunidad de Tlaltenpanapa.

El próximo cinco de mayo se realizara la tradicional Pelea de los Tigres, es un ritual donde las personas portan máscaras y vestimenta tradicional, además en la cintura llevan amarrado un mecate que es diseñado en forma de mazo con el que se enfrentan hasta que se rinda alguno.

Esta tradición milenaria es para pedir al dios de la lluvia que en esta temporada de siembra halla buena cosecha.