Revira Fernández Noroña ante amago de Trump sobre aranceles
MORELIA, Mich., 16 de noviembre de 2014.- La impresionante, dramática y detallada cuenta de lo que habría ocurrido con los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero es una señal de desesperación del presidente Enrique Peña Nieto y su equipo por tratar de reparar los daños causados por una historia aterradora que no sólo ha generado inquietudes dentro de su gobierno, sino que, incluso, lo ha llevado a admitir que las cosas no son como su maquinaria de relaciones públicas ha tratado de hacer creer, destaca el sitio especializado en seguridad y narcotráfico In Sight Crime (ISC).
Para este gobierno, que se ha enorgullecido de hablar de todo menos de la delincuencia, el detalle con que las autoridades de la Procuraduría General de la República (PGR) presentan hechos sin pruebas es un giro de 180 grados, increíble y revelador, señalan Steven Dudley y David Gagne en un extenso artículo.
Al interior de México, Iguala no es el comienzo del problema, es la gota que derramó el vaso en un país que permanece saturado por el crimen organizado a pesar de los numerosos arrestos de alto perfil.
Es falso decir que Peña Nieto no ha hecho nada para combatir el crimen. Ha hecho que diferentes organismos de seguridad trabajen más sincronizados, conduciendo a la captura de los líderes del Cartel de Sinaloa, la Organización Beltrán Leyva, el Cartel de Juárez y los Zetas. Pero la siguiente fase de la lucha contra el crimen organizado –como lo que Colombia está viviendo actualmente– es más caótica y más difícil de controlar.
La forma descarada en la que funcionó la alianza entre el alcalde, la policía y el crimen de Iguala no sólo fue el resultado de este caos, sino también el resultado de la creencia de que este tipo de acciones rara vez tienen consecuencias reales en México. Ninguna de las políticas de Peña Nieto –tan plausibles como puedan ser- han cambiado esta dinámica.
Hasta que su gobierno no haga caer en cuenta a los grupos criminales que no pueden capturar, ejecutar y quemar a estudiantes con impunidad, no hay relaciones públicas ni cabildeo firme en el mundo que vaya a ser capaz de enterrar esta historia.
(Más en http://es.insightcrime.org/analisis/masacre-iguala-relaciones-publicas-arde-en-llamas.)