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MÉXICO, DF, 29 de mayo de 2014.- El Mundial de fútbol y la discusión sobre la reforma energética, lo pasional y lo racional, se solapan y la izquierda se pregunta con preocupación si los ciudadanos serán capaces de prestar atención a los dos asuntos al mismo tiempo, señala el prestigiado periódico hispano El País en su edición de este jueves.
Existe la convicción en México de que las élites han utilizado históricamente la televisión para distraer a la mayoría, una masa desfavorecida más pendiente de la telenovela de turno (en este caso el fútbol) que de las decisiones de sus gobernantes. La estrategia de la distracción, en palabras de Noam Chomsky.
El senador de izquierdas Armando Ríos Piter no cree que sea casualidad que se haya programado la discusión de la reforma en estas fechas. «Hay una intención del PRI (el partido en el Gobierno) en que así sea. Les interesa generar esta discusión tan importante para el país en medio del circo que es el Mundial», cuenta por teléfono el senador.
El petróleo y el fútbol, por motivos muy distintos, representan dos marcas a hierro candente de la identidad nacional. El general Lázaro Cárdenas expulsó a las compañías petroleras extranjeras del país hace más de 75 años y nacionalizó la extracción de crudo. Supuso un golpe de autoridad, la rebelión última y plena de un pueblo que se había construido en los cimientos de la conquista.
Esa expresión de la mexicanidad se canalizó más tarde a través del balompié. México organizó dos exitosos Mundiales y se mostró ante el mundo como un gran país.
Pese a saberse destinados a la fatalidad, todos estarán atentos a lo que ocurra en Brasil. «Pan y circo para poder gobernar de manera absolutista y arbitraria», brama Miguel Barbosa, el coordinador del PRD -izquierda mexicana- en el Senado. No entiende que no se haya aceptado posponer la discusión de la reforma. A su entender entrarle al debate en pleno mes futbolístico es banalizar un asunto muy serio.
«Solo hay que imaginar la andanada mediática de eventos y de publicidad que va a ocurrir en esa segunda quincena de junio cuando la selección mexicana juegue sus partidos», dice Barbosa sobre las distracciones que pueden afectar a los mexicanos. Basta encender el televisor un minuto para toparnos con Rafael Márquez, el capitán, vendiéndonos un seguro.
(Más en http://deportes.elpais.com/deportes/2014/05/29/actualidad/1401317679_504049.html.)