Disparan a jefatura de tenencia de La Cantera en Tangamandapio, Michoacán
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de febrero de 2016.- A dos días de la llegada del Papa Francisco a México, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) confirmó que hacen falta nueve mil voluntarios para conformar las vallas en los recorridos que realizará en la capital mexicana.
En conferencia de prensa, Eugenio Lira, coordinador general de la visita, reveló que a pesar de este problema está garantizada la seguridad tanto de los fieles como del Santo Padre.
“Aquí en la Ciudad de México teníamos un déficit de más de 100 mil, pues les tengo que decir que ahora nos faltan unos 9 mil. Ha sido impresionante la respuesta de los jóvenes porque algunos no sabían», indicó Lira.
Mientras, se han acreditado a cuatro mil 77 periodistas que cubrirán la visita, de los cuales tres mil 298 son mexicanos y poco más de 500 son estadounidenses.
La seguridad del Santo Padre estará completa con los elementos del Estado Mayor y de la Policía Federal (PF), instituciones con las que ya se tuvieron diferentes recorridos de supervisión de zona, informó.
“Hemos hecho varios recorridos ya con el Estado Mayor presidencial con unas instancias federales, estatales y hasta dónde podemos ver se ha logrado este operativo para garantizar la seguridad no sólo del Papa, sino también de toda la gente que va participar en las vallas y en los diferentes eventos que el Papa sostendrá», comentó el monseñor.
Sobre la petición de los padres de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, de reunirse con el Papa, aseguró que no se puede privilegiar a un grupo de víctimas sobre otros.
Reiteró que una comisión de tres familiares están invitados para asistir a la misa en Ciudad Juárez, en donde se prevé hable de migración, pero también dé un mensaje a las víctimas de la violencia.
Dijo que la Iglesia Católica ha estado muy cerca de los familiares de las víctimas de Ayotzinapa.
“Pero no se podía privilegiar a un sólo grupo porque algunos incluso nos decían eso, que sabían que había estas solicitudes, pero decían por qué a ellos sí y a nosotros no, entonces en este sentido el Papa hablará con todos, celebrará con todos porque no podemos decir que es más grande el sufrimiento de estos que de otros», confesó.
Acreditaciones del infierno
Las instalaciones de Reforma 180 en la colonia Juárez, usadas por la CEM para informar sobre la visita papal, este 10 de febrero se convirtieron en una franquicia del infierno, debido al proceso de recepción de acreditación de los representantes de medios de comunicación para la visita del Papa Francisco.
Muchos periodistas llegaron desde las 9 horas, de este miércoles, hora en que dio inicio el caos.
El staff que atendía repartió unas fichas de colores para iniciar el proceso, lo cual generó cierta percepción de orden hasta que resultó engañosa, luego de que cerca de las 10 horas una mujer salió a decir que las fichas no serían tomadas en cuenta, ya que la empresa encargada de imprimir las acreditaciones sólo tenía listas por orden alfabético de la A a la G. A partir de las 17 horas, las demás letras estarían listas, dijo titubeante. Y dejó en el aire la interogante si era por los apellidos de los informadores acreditados o por el nombre de su medio.
Ofreció la alternativa de que los medios designaran a un representante y llevara copias de identificación de sus compañeros, y así recoger las acreditaciones.
El método teóricamente sonaba bien, pero en la práctica fue un desastre. Una televisora que pidió 120 acreditaciones envió a un hombre con copia de cada uno, pero sólo recibió 40 y debió esperar horas para que le dieran las demás.
Lo mismo ocurrió con representantes de otros medios de comunicación que esperaron desde las 10 horas y salieron a las 17 horas, furiosos por la espera. Otros tardaron menos de 30 minutos, pero la tardanza fue la constante.
El problema no fue la cantidad de acreditados, que alcanzaron poco más de las cuatro mil personas, ni la de medios interesados, alrededor de 400. Los encargados de repartir las acreditaciones señalaron a la empresa encargada de imprimirlas, que no tenía las fotos y los datos listos para imprimir, pese a que el CEM desde la semana pasada los había enviado.
Los encargados de la repartición lucían cansados a las 20 horas, además, estaban molestos: el jueves les espera una jornada similar, se prevé, con el mismo desorden, el mismo caos, la misma penitencia.