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MÉXICO, DF, 20 de enero de 2015.- Al citar modelos de auditoria externa internacional a policías que se llevan a cabo en países europeos, así como en Estados Unidos, Canadá, Australia y hasta en África, Ernesto López Portillo, representante del Instituto para la Seguridad y la Democracia, pidió a los legisladores del Senado de la República incluir en la iniciativa del Mando Único Policial que actualmente se discute en la Cámara Alta, incluir este esquema, a fin de generar un equilibrio, un contrapeso a través de controles externos especializados de cuerpos de seguridad.
En este sentido, afirmó que el evitar una supervisión internacional externa a cuerpos policiales es una ´señal de una resistencia política´, ya que el modelo de seguridad pública que se ha creado en el país está enmarcado en la opacidad y la endogamia, reduciendo a espacios fuera del alcance del ciudadano común, la toma de decisiones de la Policía y de los responsables políticos de la Policía.
“La supervisión externa de la Policía no es una reflexión académica, no es un artilugio discursivo: es un modelo de equilibrios, es un esquema de contrapeso extraordinariamente potente, porque no está investigando las responsabilidades personales: está investigando patrones de conducta. Es un control de calidad institucional que está evolucionando, insisto, en las más avanzadas democracias del mundo”, subrayó.
Por su parte, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo Cevallos, destacó que el reto del modelo de mandos únicos será tener 32 policías fuertes con protocolos únicos, consolidados, definidos claros, con protección de los derechos humanos, transparencia, supervisión, vigilancia, pero sobre todo medición de resultados, capacidad de medición y homologados transversalmente.
Además, resaltó que para este desafío será básico implementar el modelo de servicio profesional de carrera, que si bien está establecido en la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las asimetrías en capacidades administrativas y organizativas han impedido que municipios y estados hagan una carrera policial homogénea.
En su turno Mónica Oehler Toca, representante de Amnistía Internacional, subrayó que el Sistema Único Policial resulta ser uno de los retos más importantes de México en un panorama en el que el país atraviesa una de las mayores crisis en materia de derechos humanos, con alto índice de reportes sobre desapariciones forzadas, tortura, detenciones arbitrarias y 98 por ciento de impunidad.
“Ante esta situación tenemos que recordar que Ayotzinapa no se da de manera aislada, sino que se da en todo un contexto de impunidad en donde otro tipo de violaciones a derechos humanos también han permanecido impunes, como son San Fernando, como son Atenco, entre otras”, acotó la defensora de derechos humanos.
En este contexto, determinó que la principal preocupación para el organismo que representa es que no se cuenta con un diagnóstico claro sobre el grado de corrupción, no solamente a nivel municipal, sino estatal y federal, donde las diferencias son mínimas, además de que la corrupción en el país no está únicamente a nivel de policías, sino que va más allá y va a un nivel de instituciones más fuerte, como lo son ministerios públicos, jueces y demás.
“Hacer un diagnóstico en una base en donde la corrupción está básicamente en los municipios, nos da un panorama equivocado de la realidad que tiene México, y si no tenemos un diagnóstico adecuado de la situación, difícilmente la solución que se propone va a ser la adecuada”, precisó Oehler Toca.