Contexto
No a la violencia ni a la impunidad
El movimiento obrero organizado se pronunció en contra de la violencia como acción para demandar justicia y criticó que un grupo de sujetos, autonombrados anarquistas, sigan violentando las legítimas manifestaciones que en forma pacífica realizan estudiantes de diversas universidades e integrantes de organizaciones, toda vez que los trabajadores y sus familias se pronuncian por la paz.
Y es que dirigentes sindicales como el líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, así como el Presidente de la FSTSE de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, junto al líder ferrocarrilero Víctor Flores Morales, así como el dirigente del Sindicato del Infonavit, siempre han rechazo la violencia como acción central de movilización.
La reacción se ha generado luego de que un grupo de individuos atacó Palacio Nacional, haciendo pintas y tratando de quemar la puerta central, como lo han hecho en sedes oficiales de Guerrero, haciendo destrucción al por mayor, realizando saqueos de negocios, robando gasolina de vehículos particulares, cerrando autopistas, pidieron dinero en casetas de peaje, y actuando en total impunidad.
Nadie en el país perdona la situación que se ha registrado con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, ni por la muerte de un joven jugador de futbol del equipo los Avispones de Iguala y por las decenas de personas que se han encontrado en diversas fosas clandestinas en el mismo estado de Guerrero.
No se puede permitir que se cierren autopistas y se afecten a miles de personas, que quemen unidades de transporte público afectando incluso a miles de estudiantes de Ciudad Universitaria, que secuestren unidades de transporte de carga y de pasajeros, hechos que por demás no son nuevos.
Al ataque a Palacio Nacional ahora se suma al Palacio de Gobierno de Chilpancingo, la quema de unidades policiacas como una patrulla de la Policía Federal, todo ello luego la fiscalía anunció el viernes que los 43 estudiantes desaparecidos fueron posiblemente cremados.
Más de 300 jóvenes, la mayoría con el rostro cubierto con pañuelos, lanzaron piedras y cócteles molotov contra la sede en Chilpancingo, capital de Guerrero, que se encontraba cerrada. Los manifestantes incendiaron una decena de camionetas, incluida una de la policía federal, y destrozaron otros tantos sin que interviniera la policía.
Pero hoy dentro de todo se pide de una vez por todas que se diga la verdad, que no se le dé más vueltas al asunto, que se castigue a los responsables, muchos de los cuales están detenidos y confesos.
Las mayorías en el país demandan justicia, que se aclare este conflicto, que haya justicia y que se mantenga la paz, todo ello antes de que verdaderamente la anarquía rompa la armonía y más jóvenes estudiantes sean conducidos a delinquir en demanda de justicia, aspecto que es lo que demanda el movimiento obrero…