Poder y dinero/Víctor Sánchez Baños
Pobres salarios mínimos
Ya han empezado a correr las campañas de desprestigio en contra de diversos líderes sindicales, y lamentablemente son señalamientos sin fundamento y sin bases, pero además sin que aparezca el auto intelectual o la fuente interesada en desgastar al movimiento obrero.
Por lo pronto en la CTM, el secretario general Joaquín Gamboa Pascoe ni sufre ni se acongoja por las acciones que se han desatado en contra del sector obrero y los pronunciamientos que hay en el poder legislativo para controlar y fiscalizar los recursos de las organizaciones sindicales, lo cual por lo general se efectúa en asambleas y congresos generales como parte del orden del día y por tradición y por ley.
Pero en fin lo que si se espera en concreto es que breve se dé a conocer la situación nacional que predominará en torno a los salarios mínimos en donde aún predominarán la alianza del sector patronal y el gobierno, en contra de la voluntad del sector obrero.
Y es que para aquellos desorientados y mal intencionados, el sector obrero por medio de sus representantes en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, como han sido José Luis Carazo Preciado, de la CTM y el líder ferrocarrilero Víctor Flores Morales, han insistido en la necesidad de recuperar el poder adquisitivo cuyo retroceso es de cerca del 70 por ciento, que no haya trabajadores de primera y de segunda, que el salario cumpla con los dictados de la Constitución para que el salario sea suficiente, y permita el desarrollo de la familia mexicana.
Pero el salario mínimo tradicionalmente ha sido muy pobre y no alcanza para comprar la canasta básica, de ahí que en muchas de las mesas de los trabajadores no se coma carne, ni pescado ni se consuman los mínimos indispensables para una buena alimentación. Ya a partir del primero de diciembre se reunirá en sesión permanente la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos en espera de poder determinar qué papel jugarán los salarios mínimos en la nueva etapa en la que vive México, con reformas de gran calado, como la energética, y otras siete en las que se tiene fincadas muchas de las grandes esperanzas del país, pero especialmente de los trabajadores y sus familias.
Pero ya es hora que el movimiento obrero deje de ser comparsa en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, en donde Basilio González Núñez no se ha caracterizado por defender las causas de los trabajadores.
Podrá ser una asamblea tradicional en donde no pase del 4 por ciento el aumento a los salarios mínimos o bien que se acuerde que haya una sola zona económica integrándose a la “A”, lo que permitiría tener un salario mínimo totalmente nuevo y más real, en espera de que el Poder Legislativo haga su labor y responda a las demandas reales de los trabajadores.
Por lo que se refiere a los ataques a dirigentes sindicales, pues ya se ha visto que son oportunistas y de cobardes, pues no dan la cara ni fundamentos, lo que sería bueno para desenmascarar a los corruptos, pero con bases.