Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Explotación infantil en México
La explotación laboral infantil y femenil es un hecho cotidiano en México, y pese a la penosa situación las autoridades de todos los niveles de gobierno, especial ente las Federales no han logrado frenar ésta situación tan penosa y vergonzante en nuestros días.
Si bien en las calles de las grandes ciudades, como la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, así como en los principales centros turísticos del país, como Cancún, Acapulco, Mazatlán, Zihuatanejo, Veracruz y Playa del Carmen, nos encontramos a niños de uno y otro sexo y cientos de mujeres en la vía pública ofreciendo artículos y alimentos de todo tipo, bajo el acoso de uniformados y autoridades, que les quitan su mercancía, muchas veces para consumirla gratuitamente junto con sus familias.
Tampoco es desconocido que en varios estados del país el sector patronal recurre a la explotación en centros de producción agrícola, y cuando son descubiertos, las autoridades no salen de su asombro, como tampoco de su incapacidad para regular el trabajo decente y terminar con la explotación.
Aún se recuerda el evento en Ixtapan de la Sal, Estado de México, en donde Thomas Wissing, director de la OIT para México y Cuba, señaló que el trabajo infantil no es un asunto menor, ni es de niños: Implica limitaciones de educación, violación de derechos, situaciones de riesgos de salud y de vida, exclusión social y la perpetuación de la pobreza. Mencionó
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social, resaltó entonces que los últimos tres años en nuestro país se redujo en 500 mil la cifra de niñas, niños y adolescentes que trabajan, sin embargo “siguen habiendo dos millones 500 mil razones para llevar a cabo el esfuerzo que permita en el mediano plazo, levantar la bandera blanca en materia de trabajo infantil y poder decir que México es un país sin trabajo infantil”.
Pero hasta la fecha el esfuerzo ha sido muy pobre y la explotación de menores de edad y de mujeres sigue siendo el pan de todos los días, y muchos patrones siguen sin pagar sus cuotas al IMSS y se pasan por el arco del triunfo las leyes en la materia ante la mala operación de las autoridades.
Hay que recordar que durante los sismos de 1985 muchas mujeres murieron al derrumbarse los edificios en donde trabajaban y surgió entonces el tema de las costureras, que desempeñaban sus funciones sin garantías laborales, sin prestaciones y sin el apoyo del gremio sindical.
Sería bueno que las autoridades revisarán si en la industria textil del Estado de México, Morelos, Distrito Federal y Tlaxcala, por mencionar sólo unos estados, se cumplen con las leyes laborales, entonces si nos vamos a encontrar con muchas sorpresas.
Y seguramente se podrá llegar a la desfachatez de pedirnos pruebas de lo que aquí se afirma, pero ya han sucedido casos como en Jalisco, Sinaloa y Baja California en donde las autoridades son las últimas en enterarse de la explotación laboral.
Por eso es buen tiempo para revisar el convenio 138 de la OIT firmado el año pasado, cuando la OIT acogió con beneplácito que el Senado de la República de México, a solicitud del Ejecutivo Federal, haya ratificado el Convenio núm. 138 sobre la edad mínima de admisión al empleo, con lo cual confirma la voluntad de alcanzar la eliminación del trabajo infantil, en consonancia con los objetivos internacionales que apuntan hacia esta meta.
Por ello es momento también de que organizaciones sindicales como la CTM, hoy encabezada por Carlos Aceves del Olmo se pronuncie por una sindicalización masiva de trabajadores para, entonces sí, alcanzar la justicia social tan mencionada.