Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Policía mediocre afecta a asalariados
Para nadie es desconocido que la policía en el Distrito Federal y la zona conurbada del de Valle de México no cumple con los objetivos y menos ofrece garantía a la población ni en seguridad, ni en vialidad, resultando los más afectados los asalariados y sus familias.
Y es que la amenaza más contundente para los habitantes en el Distrito Federal es la delincuencia e inseguridad, que representa un 48.8 por ciento de riesgo para las mujeres y 46.8 por ciento para los hombres, según con la Encuesta Sobre Discriminación en la ciudad de México 2013 y pocos o casi nadie se siente seguro en ninguna de las 16 delegaciones políticas.
La encuesta del Consejo Para Prevenir y Eliminar la Discriminación (Copred) refiere que 16 por ciento de los habitantes cree que la base del problema es la corrupción, mientras que 14.2 por ciento manifiesta que es el desempleo. De los encuestados, 51.3 por ciento dijo ser empelado, de ellos, 48.2 por ciento trabaja por su cuenta, 47 por ciento se dedica al hogar y 52.5 por ciento cuenta con alguna incapacidad para trabajar o está jubilado. La muestra reveló que 42.2 por ciento no tiene empleo.
La encuesta revela que 70.9 por ciento de la población considera que los derechos humanos se enfocan en la defensa de delincuentes, 69.3 por ciento a la tolerancia de los mismos y 65.2 por ciento a la lucha contra la impunidad.
El 48.5 por ciento de las personas manifestó que los derechos humanos son un gran obstáculo para la seguridad, 91 por ciento considera que representan un inconveniente menor, mientras que 53 por ciento aseguró que no representan ningún riesgo para la integridad humana.
Ahora bien, los asaltos y robos en el transporte público son temas cotidianos y no hay fuerza pública que logre meter orden y de garantías a quienes pagan sus impuestos.
Será necesario analizar también el tránsito en la ciudad de México el cual genera pérdidas cuantiosas tanto en combustible, horas–hombre, desgaste de las unidades y los entripados que hacen los conductores, sin que hasta el momento haya un cerebro que aporte ideas para solucionar el problema de la vialidad.
La policía en el Distrito Federal y en la zona conurbada del Valle de México está en crisis e incluso un número importante de uniformados consume estupefacientes y ocupa sus ratos libres para delinquir. Algunos de ellos hasta uniformados.
Por los millones de pesos que se pierden en combustible, las horas-hombre que también se pierden, la falta de control antidoping de los uniformados, la calidad de los mandos y su falta de capacitación y de compromiso propician que los cuerpos que están destinados a dar seguridad y vialidad no cumplan con su objetivo.
Quisiera estar equivocado, pero los hechos hablan por sí solos, en los momentos que la delincuencia, organizada y uniformada, prepara sus fauces para apoderarse del aguinaldo que tanto trabajo le costó ganar a miles de asalariados.
En la CTM que encabeza Joaquín Gamboa Pascoe, exigen seguridad para los trabajadores, igual sucede en el Congreso del Trabajo y en todas las centrales sindicales. Demandan seguridad, garantías y una buena policía. La Secretaria de Seguridad Pública ya tiene que ponerse las pilas y actuar, pues se está quedando rezagada.