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MÉXICO, DF, 30 de agosto de 2014.- En Panamá, al menos el 30 por ciento de los jóvenes que cursa la educación media superior abandona sus estudios, en muchas ocasiones para dedicarse a actividades delictivas, por lo que la actual autoridad educativa de ese país trabaja en una estrategia para lograr retener a los estudiantes, la cual incluye una mayor inversión en infraestructura, educación de calidad y un mejor aprovechamiento de las nuevas tecnologías, aseguró la ministra de Educación de ese país, Marcela Paredes de Vásquez.
«Estamos hablando de un 30 a 40 por ciento a nivel medio y eso es demasiado alto. Estos jóvenes no estudian ni trabajan y en la medida en que se han ido acumulando estos índices de deserción hemos visto que se ha incrementado el tema de la delincuencia juvenil con casos cada vez más graves y eso es urgente para el país», señaló en entrevista en el marco de los trabajos de la 24 Conferencia Iberoamericana de Ministros de Educación, realizada el pasado jueves.
Añadió que «lograr preservar a estos jóvenes, darles una formación de calidad, diseñar nuevas estrategias, nuevas carreras en las áreas vocacionales y técnicas, son parte de los proyectos importantes» de su gestión.
Si bien «todavía no hay una línea de acción muy clara», Panamá «ha identificado que uno de sus problemas para la deserción es la falta de escuelas a nivel medio accesibles para los jóvenes, o sea, la infraestructura no ha crecido en la misma manera en que ha crecido la población, así que va a haber una inversión en infraestructura».
Aunado a ello, «hay que revisar el curriculum y hacer actividades extracurricares que le den a ese joven mayor interés por permanecer en la escuela, así como usar las nuevas tecnologías, no prohibirlas, como solemos hacer en muchos de nuestros países sino tratar de que sean herramientas –no fines-aprovechadas en el proceso enseñanza aprendizaje más atractivas para el joven.
Otro de los grandes retos en la región y particularmente en Panamá, dijo, es el tema del analfabetismo en las comarcas indígenas.
«Panamá tiene 6 por ciento de analfabetismo a nivel global pero cuando en las comarcas hay más de 20 por ciento y en el caso de las mujeres llega a más de 30 por ciento», precisó.
En ese sentido, uno de los retos es adecuar los procesos de alfabetización a la lengua materna de esa población, algo que no se ha hecho.
Para afrontar estos desafíos, consideró fundamental apostar a la formación docente.
«Nuestros países han dejado abandonada la carrera docente; el salario docente es muy bajo, los mejores estudiantes no quieren ser profesores, (por eso) en las áreas científicas no hay profesores».
Además, «formar mejor a ese docente, tanto en su formación inicial como en la educación continua y darle herramientas modernas de enseñanza, prepararlo para una juventud que no es la misma de hace 30 años».
Invertir en formación, dijo, no es tan costoso. «A veces invertimos mucho más en traer nuevas tecnologías al salón de clases, que son valiosas, pero primero hay que invertir en el docente y esa sería la estrategia de Panamá», concluyó.