Con cédula digital avanza IMSS en la transformación de sus servicios
MÉXICO, DF, 13 de octubre de 2014.- Con el presupuesto contemplado actualmente en el Presupuesto de Egresos de la Federación enviado por el Ejecutivo para la instalación de bebederos en escuelas públicas el Estado tardaría 15 años en cumplir su objetivo, advirtió la Alianza por la Salud Alimentaria.
“Si pensáramos en que no sólo es la obra de albañilería e instalación de bebederos sino también llevar el agua, estaríamos tardando 15 o más años pero eso no es viable; eso se resuelve en un periodo de dos o tres años o no se resuelve”, enfatizó el director de El Poder del Consumidor, Alejandro Calvillo.
Criticó la “falta de responsabilidad del Presidente (Enrique Peña Nieto)” pues cuando presentó la Estrategia Nacional para el Combate a la Obesidad, Sobrepeso y Diabetes “él habla de pedir al Congreso que destine una parte sustancial de lo recaudado para prevención y dotar agua, sin embargo, lo que envía su secretario de Hacienda al Congreso es una cantidad que no sirve para eso”.
Recordó que de acuerdo con cálculos de la Cámara de Diputados se requieren al menos 3 mil 500 millones de pesos para la inversión del primer año (partiendo de un plan de tres años) para los bebederos y la Secretaría de Hacienda propone poco más de 300 millones de pesos para prevención.
“Lo que vemos es una falta de correspondencia entre las necesidades para enfrentar esta situación y los recursos que se están dando y vemos que tanto el Ejecutivo como el Legislativo en el papel ponen todo pero en la práctica cuando hay que dar los recursos no se están dando y toda la estrategia se pone en riesgo”, alertó.
En conferencia de prensa, la agrupación refirió que la recaudación esperada por el gobierno del impuesto a las bebidas azucaradas y alimentos calóricos durante este año es de 12 mil 400 millones de pesos y para 2015 se estima conseguir 18 mil 271 millones de pesos.
«Con esta cantidad recaudada no debería existir ningún problema en dotar a todas las escuelas de dispensadores de agua, acción que incide directamente en el combate a la obesidad, ya que el agua sustituye a las bebidas azucaradas y refrescos», apuntaron.
Ante este panorama, los activistas llamaron al Legislativo a cumplir sus compromisos y sus propios acuerdos, «asignando los recursos necesarios para la instalación de bebederos en escuelas».
Cifras preliminares del INSP señalan que existe una reducción aproximada de 10 por ciento -durante el primer trimestre de 2014- en la compra de bebidas con azúcares desde que entró en vigor el impuesto en comparación con el mismo periodo del año anterior.
También presentaron un adelanto de la Encuesta Nacional de Obesidad, la cual indica que desde que se puso en marcha el gravamen a bebidas azucaradas el 52 por ciento de los consultados consideró que consume menos refresco.