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MÉXICO, DF, 26 de agosto de 2014.-Disminuir en poco más de medio millón el número de jóvenes de entre 15 y 18 años que abandonan el bachillerato es la meta de la actual administración federal, que pretende reducir la tasa de deserción de 650 mil cada año (según cifras de 2012) a 485 mil en 2018, lo que da una reducción acumulada de 550 mil jóvenes, apuntó el subsecretario del Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán.
Ello representaría una disminución del 15 al 9 por ciento a lo largo del sexenio. “Pasar de 650 mil a 485 mil abandonos por año, pues es una reducción considerable, pero no es el número que todos desearíamos tener al final de un proceso como este, en el año 2018”, reconoció el funcionario en entrevista posterior a su participación en una reunión del movimiento Yo no Abandono.
Sin embargo, dijo, “es un esfuerzo muy significativo, estamos convocando en todo el país desde el año pasado a los directores de los planteles, los estamos capacitando, les estamos pidiendo que movilicen a sus comunidades y que en asociación con los padres de familia y los docentes hagamos la diferencia en los años por venir. Sé que es insatisfactorio, pero es un paso indispensable para que en el mediano y largo plazo podamos aspirar a tener niveles absolutos de abandono mucho menores”.
Para ello ya se analiza hacer modificaciones al esquema de asignación de aspirantes que ingresan al bachillerato por medio del examen único, cuyo dispositivo “reproduce el circuito de la inequidad”, reconoció la directora general del Colegio de Bachilleres, Sylvia Ortega, en entrevista por separado luego de acudir al encuentro.
“La insensibilidad del dispositivo para asociar domicilios y planteles cercanos y para georreferenciar, son limitaciones que hacen que los más desfavorecidos sean los últimos que escogen, pero los que primero se vayan, de manera que se reproduce el circuito de la inequidad”.
Respecto de dicho esquema de asignación del examen de ingreso a bachillerato que se aplica a través de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems), Tuirán reconoció que no lograr entrar a una de las primeras opciones de preferencia genera en los jóvenes “desaliento, una suerte de desinterés”, lo cual puede derivar, eventualmente, en deserción.
“Me parece que es un mecanismo que tiene muchas bondades, que ha demostrado durante 19 años asignar de manera adecuada los diferentes lugares disponibles pero, como cualquier otro mecanismo, tiene algunas consecuencias que en el origen no fueron anticipadas y que es necesario revisar y eventualmente definir cuál es el mecanismo correctivo que podría introducirse para aminorar el impacto que estos mecanismos comúnmente traen consigo como el desaliento y su articulación con el abandono escolar”, señaló.
En tanto, Ortega consideró “necesario” revisar el modelo de asignación toda vez que “ya no es un mecanismo de selección en base al mérito nada más; con la obligación de ofrecer a todos el nivel de media superior, tenemos que hacerlo más un mecanismo de distribución del derecho a la educación”.
Añadió que ya se trabaja en los análisis pertinentes por un grupo de expertos, lo cual va a derivar en una propuesta que eventualmente se presentará al consejo de la Comipems para “modificar el mecanismo y que se aprovechen bien los espacios”.
Una posibilidad interesante, agregó, es buscar que los alumnos queden cerca de su casa. “Esa sería una muy importante contribución y también que los turnos vespertinos no concentren exclusivamente a los alumnos en desventaja, por el contrario,