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MÉXICO, DF., 10 de junio de 2014.- Con un presupuesto de mil 500 millones de pesos, el próximo mes se pondrá en marcha la Campaña Nacional de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo, la cual será “histórica”, pues pretende reducir en al menos el 50 por ciento del analfabetismo en México en este sexenio, anunció el director general del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), Alfredo Llorente Martínez.
Ello implica reducir de 5.4 a 2.2 millones el número de personas que no saben leer ni escribir en el país, precisó en entrevista luego de la firma de un convenio con la institución financiera Compartamos Banco.
Se estima que en la campaña de agosto próximo colaborarán un millón de voluntarios y cerca de medio millón de estudiantes que realizarán prácticas profesionales o servicio social, para lo cual el INEA firmará esta tarde un convenio con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies).
Sobre las garantías de seguridad para los alfabetizadores que acudan a zonas remotas del país, dijo que ya se trabaja con los gobiernos estatales y las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) para elaborar un mapa de riesgo.
Para ello analizan «la peligrosidad de las rutas, las condiciones de la comunidad y los pronósticos de los cuerpos policiacos» a fin de garantizar las condiciones de seguridad necesarias para que funcione el programa de alfabetización.
El funcionario recalcó que la alfabetización debe ser «significativa y pertinente», es decir, «que le diga algo al educando y que los contenidos le resulten de utilidad» porque de lo contrario «estamos ante el fantasma del analfabetismo funcional».
Para evitarlo, dijo, se deben revisar los materiales didácticos, hacer un seguimiento cercano del educando y, a largo plazo, crear ambientes letrados.
La campaña de alfabetización -que contará también con el apoyo de organismos internacionales como la Unesco y la Organización de Estados Iberoamericanos- dará prioridad a los mil 200 municipios que forman parte de la Cruzada Nacional contra el Hambre, para que la atención a familias y beneficiarios «sea de carácter integral».