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MÉXICO, DF, 2 de noviembre de 2015.- El sector agrícola ha sido de los más afectados en el proceso de apertura de la economía mexicana y por las diversas reformas estructurales, advirtió Berenice Ramírez, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
La investigadora señaló a través de un comunicado que la situación se plantea preocupante, “pues sin autosuficiencia de comestibles es difícil que los países superen su atraso”, dijo durante la inauguración del XXXV Seminario de Economía Agrícola. Reflexiones sobre Seguridad Alimentaria, Búsqueda y Alternativas para el Desarrollo en México.
“Lo más desconcertante de la situación agraria mexicana es nuestra dependencia creciente; en este contexto, las transformaciones ambientales y el interés por la explotación minera intensifican las disputas por espacios rurales, agudizan las desigualdades, profundizan la pobreza campesina y agravan los desplazamientos poblacionales”, añadió.
Al impartir la conferencia magistral Desarrollo y seguridad alimentaria, Margarita Flores, secretaria académica e investigadora del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, detalló que tener acceso a comestibles significa que todas las personas tengan ingresos suficientes para adquirirlos o producirlos, ya sea en cantidad, calidad, diversidad e inocuidad.
Además, es preciso que alcance para un buen estado nutricional y una vida sana de acuerdo con sus preferencias, así como que estén disponibles físicamente (y los mercados funcionen). El resultado será salud y nutrición adecuada. Su garantía es una expresión del derecho a la alimentación.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2014 la población mexicana con dificultades para acceder a los elementos mínimos requeridos fue de 23.4 por ciento, es decir, 28 millones.