Denuncia oposición que Morena legisla por medio de fe de erratas
MÉXICO, DF, 21 de enero de 2015.- La invitación del presidente Enrique Peña Nieto a los gobernantes y empresarios árabes para invertir en el sector petrolero nacional y coordinarse para detener el desplome de los “petroprecios” es otra evidencia de su fracasada reforma energética y de la propia incapacidad administrativa de su gobierno, señaló el diputado perredista Julio Saldaña Morán.
Ahora resulta –dijo- que los inversionistas no sólo no se agolpan a las puertas del gobierno para incursionar en el sector petrolero mexicano, sino que el propio titular del Ejecutivo Federal debe ir y buscar “socios” en otras naciones, incluso en aquéllas con las que tradicionalmente se ha negado a colaborar nuestro gobierno para contener la producción y el abaratamiento internacional del crudo, como son los integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Una vez más se demuestra, agregó el diputado federal perredista, que la reforma energética impuesta por el PRI y sus aliados se justificó con fantasías rayanas en alucinaciones para ocultar la verdadera intención de unos cuantos, que es la de apoderarse de esta riqueza nacional a través de una privatización encubierta.
Para ello requerían de socios que les aportaran capital y tecnología, dada su propia incapacidad de impulsar la generación de éstas en el país, a pesar de contar con miles de millones de dólares resultantes de los sobreprecios internacionales del petróleo en otros años.
La tecnocracia mexicana supuso que los socios extranjeros que necesita llegarían a toda carrera para disputarse un lugar a su lado, pero los cálculos del resto de productores fueron otros, la dejaron “plantada” y saturaron el mercado con su propio petróleo.
Así, ni los supuestos de la privatización encubierta ni, menos aún, los de la “modernización energética” se han cumplido, pero el gobierno de Peña Nieto y su partido siguen obcecados en extraer el crudo mexicano, pero en un mercado saturado, no queda claro para beneficio de quién.
A principios de esta semana, el presidente Peña Nieto invitó a empresarios sauditas, kuwaitís, emiratís y catarís a participar en exploración, extracción, transformación, transporte, almacenamiento y comercialización de petróleo.
“¿Acaso los gobiernos y empresarios de aquéllos países disminuirán su producción en sus respectivas naciones para incrementarlas en México? ¿A cambio de qué? ¿De abaratar los costos de sus ventas al principal consumidor de América, es decir, a Estados Unidos? ¿Acaso esto le significará mayores beneficios a México?”, cuestionó Saldaña Morán.
Lamentó que el mandatario mexicano, en su obstinación y urgencia por atraer inversiones al sector para mostrar aunque sea algunos avances de su “reforma energética”, llegue al grado de entregar condecoraciones a quienes hasta hace poco, como gobernantes, permitieron ejecuciones de otros ciudadanos.
Conminó al gobierno a reconsiderar el rumbo de su “reforma” y a fortalecer, en cambio, las inversiones en Pemex, no mediante anuncios espectaculares que, en el mejor de los casos, resultan verdades a medias –como la supuesta inversión de 23 mil millones de dólares en esta empresa durante un plazo indeterminado-, sino mediante una modernización real, así como acciones efectivas y coordinadas con otros productores a fin de racionalizar la producción y exportación del crudo con miras a elevar su rentabilidad.
“¿Qué sentido tiene sacar más petróleo para venderlo sin industrializarlo y sin darle mayor valor agregado mediante sus derivados?”, cuestión el legislador perredista.
Bajo esta premisa, la invitación a empresarios extranjeros para extraer más crudo mexicano, saturar aún más el mercado, venderlo más barato y sin mayor valor agregado –mediante su industrialización– a causa de flojera o incapacidad gubernamental es un contrasentido y no ayuda a la viabilidad de la nación a mediano y largo plazo, concluyó.