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MÉXICO, DF, 15 de enero de 2015.- Aunque el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, Fernando Aportela Rodríguez, señaló que los mercados están anticipando un regreso en el precio del petróleo de West Texas Intermediate (WTI) durante este año, admitió que lo más relevante en el país sería en el 2016.
Al responder los cuestionamientos durante su reunión de trabajo con la Tercera Comisión de la Permanente, Aportela Rodríguez apuntó que las expectativas del precio del WTI que se tienen para 2015 es de 51.43 dólares por barril; en 2016 de 57.85; y en 2017 de 62.79.
En la vertiente sobre las expectativas del precio del petróleo y las implicaciones sobre las variables económicas, el funcionario federal sostuvo ante los diputados y senadores que durante este año, dada la cobertura de precios del petróleo, no afecta esta variable de 79 dólares por barril aprobada en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
No obstante, agregó otro factor relevante sobre la producción de barriles diarios, el cual aceptó que sí tendría un impacto sobre las finanzas públicas.
Derivado de lo anterior, para el próximo año indicó que de acuerdo a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, mediante una fórmula se determinaría el precio del barril dentro del paquete presupuestal, y de continuar con estos valores actuales tendría que aprobarse con un precio menor al del 2015.
Reiteró lo dicho por el subsecretario de Ingresos, Miguel Messmacher Linarta, respecto a la reformas fiscal, instrumento que dará mayores espacios para poder enfrentar choques negativos en los precios.
Al retomar el tema de la estabilidad macroeconómica, dijo que es una condición fundamental para tener una evolución sana de las variables económicas importantes de la inflación, un nivel de tasas de interés moderado y condiciones en la economía que permitan a las familias mexicanas desarrollarse.
Sustentó que con la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, a la cual el Congreso le hizo modificaciones, dan mayor certeza en el techo al gasto corriente, por tanto dicho marco normativo facilita tener mejor conducción de finanzas públicas y políticas monetarias sanas.