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Caso del bebé tirado, excusa para quienes buscan aprobar aborto: Iglesia
MÉXICO, DF., 11 de octubre de 2015.- Un total de 49 personas que presuntamente eran explotadas laboralmente por los encargados de dos centros de rehabilitación contra las adicciones, fueron rescatadas por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
La dependencia detalló que los encargados del lugar, que fueron detenidos en cumplimiento a una orden de cateo en dichos lugares localizados en el perímetro de Iztapalapa, los obligaban a trabajos forzados y si no cumplían eran castigados.
La PGJDF informó que en uno de los inmuebles ubicado en la calzada Ignacio Zaragoza, colonia Santa Martha Acatitla, elementos de la Policía de Investigación adscritos en la Fiscalía Central de Investigación para la Atención del Delito de Trata de Personas rescataron a 41 hombres y seis adolescentes de entre 14 y 17 años, también aseguraron a Juan N, quien ordenaba castigos a los internos; José N, interno encargado de medicina y aplicar castigos; Ricardo N, quien imponía castigos; Alan N, vigilante del patio y Carlos N, encargado y aplicaba castigos.
En otro predio de avenida Las Lajas, colonia Citlali, los investigadores liberaron dos afectados y aseguraron a Marco N, quien aplicaba castigos.
La solicitud de la medida cautelar fue concedida por el Juez 22 Penal, con sede en el Reclusorio Preventivo Oriente, con el propósito de que la representación social encontrara indicios relacionados con declaraciones de un denunciante, quien señaló que en mayo de 2015 fue anexado y desde su ingreso recibió malos tratos, lo sometían a realizar diversos trabajos en contra de su voluntad y si no accedía recibía diversos castigos.
Ésta información fue confirmada por los ofendidos al referir que al entrar a los centros de rehabilitación les ofrecían buena alimentación, atención médica, psicológica y les ayudarían a combatir sus adicciones, incluso les hablaron de actividades deportivas y visitas de sus parientes.
Sin embargo, los inculpados inmediatamente los amarraban de manos y pies, tiraban al piso por varios días y sólo los desataban para ir al baño. Posteriormente, mediante la violencia física y amenazas con hacerles daño eran sometidos a realizar trabajos forzados de albañilería, plomería y jardinería, así como al aseo de puercos que tenían en criaderos.
Familiares de los afectados no tenían contacto con ellos, además debían entregar una despensa y realizar pagos de 700 a 800 pesos semanales para la atención de las personas anexadas.