Constancia de mayoría representa lucha de generaciones enteras: Brugada
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero de 2016.- El Papa Francisco retomó en México la agenda que Juan Pablo II dejó marcada en México con la que buscaba sensibilizar sobre la riqueza de los pueblos indígenas; la modernidad religiosa europea en independencia y libertad y el rezago materno y fracturas del país, explicó Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
En un mensaje a medios de comunicación en el Centro Internacional de Prensa, el funcionario del Estado Vaticano destacó que estos puntos expuestos por el antiguo Papa en su visita a México en 1999 fueron retomados por el Sumo Pontífice frente a los obispos como parte de un programa que ofrece a la iglesia del país que visita.
“Es una contribución fundamental en su viaje, no es necesario que les diga que tocó temas fundamentales no solo por la pastoral religiosa y palabras sobre narcotráfico y respeto por los indígenas y migrantes, con este mensaje ofrece otra pequeña contribución”, puntualizó Lombardi.
Además, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, señaló que uno de los temas centrales en el segundo día de su visita a México fue la virgen de Guadalupe, cita que concluyó esta noche y para lo que dijo, se preparó todo el día hablando de ella en cada uno de sus discursos.
De acuerdo con el sacerdote, desde el primer mensaje en Palacio Nacional el Sumo Pontífice abordó el tema de la virgen de Guadalupe, posteriormente con todos los obispos a quienes pidió mirar al pueblo mexicano desde la perspectiva de la mirada a la virgen, para finalizar en una misa muy intensa y el tiempo de oración personal y silenciosa con el ayate de Juan Diego, suceso que el Sumo Pontífice deseaba mucho.
“En alguna de las respuestas que dio antes de venir a México sobre su devoción, dijo que deseo estar un poco de tiempo en silencio con la virgen hablar con ella, naturalmente esto se dio de manera emotiva y profunda, fue una hermosa sorpresa porque pensé que este momento de oración fue sin participantes del pueblo”, relató Lombardi.
Finalmente describió que el obsequio ofrecido por el Papa Francisco a la virgen, fue una diadema hecha de oro y plata sobre una almohada de terciopelo rojo que será colocada en la parte superior del altar para coronar a la virgen morena.