Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
MÉXICO, 21 de junio de 2015.- Christa Cowrie fue la primera jefa de prensa en un diario mexicano, que no fue cualquier periódico, sino el unomásuno de Manuel Becerra Acosta, a fines de los años setenta e inicios de los ochenta del siglo pasado.
Califica esos años como los mejores del fotoperiodismo en México porque “a partir de lo que hicimos en aquella época en el unomásuno se marcó una línea, una escuela y una manera de retratar del fotoperiodismo y eso ahí queda”.
Ahí trabajó con un joven fotógrafo, Pedro Valtierra, ahora director de la Revista Cuartoscuro.
Pero Cowrie, nacida en Alemania y quien radica en México desde 1963, no recuerda aquella época con nostalgia, y reconoce que se siente fascinada por las nuevas tecnologías, las cuales permiten capturar más lo que ocurre en la calle o a los políticos.
A diferencia de la postura de algunos fotógrafos profesionales que critican que cualquiera se sienta fotógrafo porque tiene un teléfono inteligente y tome imágenes, ella considera que cualquiera puede serlo mientras tenga ojos y no manipule la verdad.
La fotógrafa, quien siente pasión por realizar fotos sobre la danza, el 19 de junio recibió de parte de Cuartoscuro la Cámara de Plata, un reconocimiento a su trayectoria profesional.
UNA ESCUELA
-¿Que representa haber sido la primera jefa de un diario en un periódico tan recordado como el unomásuno?
-Fue una circunstancia que me tocó porque además había que apoyar a Manuel Becerra Acosta en este gran proyecto que fue el unomásuno y me metí de pleno en esa tarea y me metí mucho sobre todo en esa tarea de ser jefa de un equipo de fotografía con nueve fotógrafos incluyendo a Pedro, entonces fue una época dura para mí porque no había estudiado para ser jefa ni ser fotógrafa. Sí había tomado clases de fotografía y todo eso pero el fotoperiodismo no se aprende en las universidades, se aprende haciéndolo, entonces yo tenía que hacer doble trabajo.
“Lo hice año y medio, fue una experiencia muy fuerte, interesante y después de eso me dediqué a hacer mi trabajo en el periódico como los demás fotógrafos. Fue Aarón Sánchez el jefe de fotografía en el unomásuno y yo hice mi trabajo aprendiendo, reconociendo siempre y fue riquísimo, trascendente y ha dejado mucha huella ese trabajo que hicimos aquellos años, porque estos años marcaron la cultura del fotoperiodismo en México, no ha habido nunca en ninguna época en ningún diario que salió después con un impacto de imagen hacia la sociedad como fueron aquellos años en el unomásuno y eso nos marcó. Somos lo que sembramos en aquella época y nos enriqueció la vida sobre eso construimos nuestras carreras, esa experiencia aplicada la usamos para los demás trabajos, ese fue nuestro entrenamiento y fue muy duro.
-¿Hace falta retomar ese fotoperiodismo en momentos como los que vivimos ahora y ahora que hay mucha competencia con celulares?
-En el fondo no hace falta nada porque hay muchos que arriesgan el pellejo tomando fotos en zonas de conflicto, hombres y mujeres, pero las circunstancias son diferentes. Desde finales de los años setenta, comienzos de los ochenta el país no era lo que es hoy, entonces de ninguna manera puedo decir que lo que hicimos no es superable, claro que ha sido superable, pero fue distinto. No teníamos en aquella época cámaras digitales, íbamos al periódico a revelar, tomaba tiempo enorme y había que ir al periódico. Hoy en día los que están en el lugar de los hechos llevan su cámara y desde su iPhone transmiten las imágenes.
“Entonces a través de la modernización y la renovación de la tecnología no hay nada igual, nuestra época fue distinta, pero a partir de lo que hicimos en aquella época en el unomásuno se marcó una línea, una escuela y una manera de retratar del fotoperiodismo y eso ahí queda, según dicen no he visto otro pronunciamiento que superara la época del fotoperiodismo en el unomásuno. Eso hace casi 40 años, nosotros hemos seguido trabajando. Pedro y yo nos conocimos de esa época.
-¿Fue una escuela?
-Fue nuestra escuela y nos marcó, nos vistió de la manera cómo somos pero a diario los fotoperiodistas en este país en los periódicos, en las agencias siguen dando pelea y mis más grandes respetos a todos los que se encuentran hoy más que nunca en altísimo riesgo de trabajo.
TODOS SOMOS FOTÓGRAFOS
-¿Usa las nuevas tecnologías?
-Desde hace 15 años uso la cámara digital y fui fascinada con la manera de poder procesar la foto, ya no tener que revelar, imprimir la foto, todo eso que era un rollo, pero no había otra cosa y bueno, lo hicimos con gusto pero en esa época no había computadoras. Hoy no tienen que llevar computadoras porque todo está aquí en el iPhone, mandar fotos por la computadora… es otra época.
-Hay fotógrafos que dicen que todos se sienten fotógrafos.
-Claro, todos son fotógrafos porque todos los seres humanos tienen ojos y todos son capaces de percibir lo que sucede y si se ponen listos toman la foto del suceso que está frente a sus narices, porque es un gran reto, tiene que estar todo mundo en estado de alerta. Eso es tan difícil ahora, de transar y manipular. Hoy [19 de junio] acabo de ver en Facebook la foto de los muchachos que les tomaron a los que mataron en Ayotzinapa cuando estaban sentados en la bajada del autobús, fotos que hizo el Ejército. El Ejército toma fotos, todo mundo toma fotos hoy ya no se puede esconder nada.
“Antes se podían esconder los hechos porque si no estaba el fotógrafo, ¿quién más podía? Pero hoy no hay salida, es una gran ventaja porque todos se tienen que cuidar mucho. Hoy cuántos políticos en sus malos momentos, actitudes reprochables no son videados, tomados en foto, lo que les causa una vergüenza. Antes cuándo, ahora hasta cámara les ponen. No podemos comparar, todo ha evolucionado y mi respeto a toda esa evolución.
-Compártanos sobre la pasión que siente por fotografiar la danza.
-Paralelamente al fotoperiodismo he retratado la danza porque las artes escénicas siempre han sido para mí una isla, un remanso, un campo de gozar el arte, que en la fotografía de prensa está ausente a menos que tomara la aparición de los políticos como una escenificación teatral, que de alguna manera siempre ha sido y seguirá siendo, pero ese es otro tema. Pero he encontrado en la danza el arte de agilizar y mantener ágil la mente para retratar los sucesos, porque tomar buenas fotos de danza es un ejercicio de habilidad mental, si no eres ágil mental la foto ya se te fue, es un reto, entonces de alguna manera he hecho una mancuerna entre la fotografía de danza y la de prensa y estar en estado de alerta.
-¿Un consejo para la gente que es fotógrafa ocasional?
-Si eres un fotógrafo, apréndete de ética de principios porque es delicada esta profesión, hay que ser congruente con los hechos. La cámara no miente, tus ojos no pueden mentir, la foto que tú ves a través de tu cámara es una realidad, a esa tienes que sujetarte, tener ética y principios, ser congruente y tratar de retratar la verdad, ya como es recibida esta verdad es otro tema. Pudimos ver hace poco el gran documental “La sal de la tierra” con fotos impactantes de Armando Salgado y es la verdad, te moleste o no te moleste. Claro cierra los ojos ante la tragedia, pero es un trabajo fotográfico de nivel mundial. Entonces eso es la fotografía, para eso se inventó, para mostrar la realidad que viste ante tus ojos, por eso es tan bella la fotografía, a menos que manipulen con un Photoshop pero eso ya es otra cosa, es válido para muchas cosas, pero no para el testimonio, para el hecho no es válido manipular las imágenes, es horrible, es falta de ética.
-¿Y los filtros?
Es absolutamente criticable. No quiere decir que no me gusten las nuevas tecnologías, estoy absolutamente en contra de la manipulación de las imágenes e inclusive embellecer, hacer más feo a alguien, así eres, así déjate retratar. Las artistas necesitan tener menos arrugas o ser menos gordas o qué sé yo, pero en la foto de prensa predomina la realidad, es un principio ético que hay que tener de manera muy alta, concluye.