Afecta banco de niebla operaciones en AICM
MORELIA, Mich., 2 de octubre de 2014.- El Comité Ciudadano por el Trato Ético a los Animales (CCTEA) festejó que la corrida de toros del pasado 30 de septiembre en Morelia, haya dejado una vez más en completa evidencia que ha dejado de ser una fiesta popular y se ha convertido en un rotundo fracaso de los taurinos.
De acuerdo con un comunicado de prensa, varias fotografías que consiguieron los activistas, revelaron un ausentismo total en la llamada fiesta brava del pasado 30 de septiembre, y que ratifica que este tipo de actividades, sólo es para el disfrute de un minúsculo grupo de representantes en el poder político y económico en la entidad.
El Comité Ciudadano por el Trato Ético a los Animales al igual que la asociación Generando Hogares de Amor para Animales Desprotegidos (Ghapad), expresaron su repudio total a esas aberrantes acciones, las cuales, lejos de abonar a la recuperación de los pocos espacios públicos y culturales con las que cuenta Michoacán, incrementan el estigma de brutalidad y violencia con el que lamentablemente se identifica a la tierra purépecha y sus habitantes en el resto del mundo.
Por ello, los activistas celebraron el incremento constante en la conciencia de la población hacia el respeto a los animales.
Y aseguraron que la llamada “fiesta brava”, “peleas de gallos o perros”, y todo tipo de espectáculos sangrientos, brutales y cobardes, dentro del cual se tortura a seres vivos y se les propicia una de las muertes más crueles, no es del gusto de las mayorías y sólo de un minúsculo grupo de la población.
Por lo anterior, la comunidad animalista celebró que la corrida de toros del pasado 30 de septiembre, haya representado un total fracaso y a la par evidencie que ha dejado de ser una fiesta popular.
Sin embargo, asociaciones protectoras de animales unidas, lamentaron la muerte cruel y despiadada que sufrieron los toros el pasado 30 de septiembre, bajo el amparo del argumento falso de que es un evento cultural.
En ese sentido, abundaron que la cultura no es estática y es claro que estos espectáculos constituyen hoy en día una expresión impropia de nuestra época, en donde el valor de la vida, la concepción de los animales como sujetos de dignidad, respeto y cuidado, así como la acepción de la persona humana como sujeto obligado al cuidado y preservación del medio ambiente, los animales y los recursos naturales, nos obligan a dejar de lado este tipo de expresiones que resultan del todo nocivas.