Deja Jorge Ramos Univisión, tras 38 años al frente de su noticiero
MÉXICO, DF, 22 de mayo del 2015.- Eran las 15:11 horas del domingo 22 de mayo de 1960. De repente, cerca de Lumaco, provincia de Malleco, en la costa del Pacífico en el centro de Chile inició el terremoto más poderoso registrado en la historia, pues alcanzó 9.5 grados en la escala de Richter. Su devastación causó la muerte de entre 16 mil y 20 mil personas, además de dejar damnificadas a otros dos millones de personas.
Además el movimiento telúrico fue percibido en otros lugares del mundo, tan lejanos como Hawaii y Japón, incluido un maremoto y la erupción del volcán Puyehue.
El megaterremoto de Valdivia o el Gran terremoto de Chile fue descrito por Hernán Olave en el libro ‘Horas de Tragedia como un “gigantesco cíclope que con un enorme mazo iba aplastando todo con furiosa ira. Un solo golpe y abajo la torre del cuartel de Bombas… Impuestos Internos, el Centro Español, la Catedral, la Iglesia Evangélica y tantos otros. De pronto el gigante enloqueció y empezó a repartir mazazos a diestra y siniestra, dejando brutalmente herida a toda la ciudad”.
El epicentro de este gran sismo comenzó en la zona cercana a Temuco y, poco a poco, se expandió hacia el sur, en una sucesión de rupturas epicentrales a todo lo largo de la costa meridional de Chile.
El masivo evento fracturó toda la zona de subducción entre la península de Arauco (Región del Biobío) y la península de Taitao (Región de Aysén). Finalmente, alcanzó los 9.5 grados Richter y tuvo una duración aproximada de 10 minutos, debido principalmente a la gran extensión geográfica, casi mil kilómetros de norte a sur.
Estudios posteriores sostienen que, en realidad, se trató de una sucesión de 37 o más terremotos cuyos epicentros abarcaron una superficie total de mil 350 kilómetros. En suma, el cataclismo devastó todo el territorio chileno entre Talca y Chiloé, es decir, más de 400 mil kilómetros cuadrados.
La zona más afectada fue Valdivia y sus alrededores. Gran parte de las edificaciones se derrumbó inmediatamente, mientras el río Calle-Calle inundaba las calles del centro urbano.
El maremoto provocado por semejante ruptura fue devastador, afectando a la costa chilena entre Concepción y Chiloé. En el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar se elevó cerca de 4 metros antes de comenzar a retraerse rápidamente (cerca de las 16:10), arrastrando barcos ubicados en la bahía.
A las 16:20, una ola de 8 metros de altura azotó la costa entre Concepción y Chiloé a más de 150 kilómetros por hora, ocasionando la muerte de cientos de habitantes de diversas localidades. Diez minutos después, el mar volvió a retroceder, arrastrando ruinas de pueblos costeros para impactar nuevamente con una ola superior a 10 metros. Varios navíos resultaron completamente destruidos, salvo el Canelos, que encalló tras ser arrastrado por más de 1.5 kilómetros tierra adentro.
Posteriormente, la onda expansiva comenzó a recorrer el océano Pacífico. Casi quince horas después del evento en Valdivia, un maremoto de 10 m de altura azotó la isla de Hilo, en el archipiélago de Hawaii, a más de 10 mil kilómetros de distancia del epicentro, provocando la muerte de 61 personas. Similares eventos se registraron en Japón, las Filipinas, Rapa Nui, la zona oeste de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Samoa y las islas Marquesas.
Aquí algunas imágenes del devastador suceso: