Oran por la paz en el Centro de Chilpancingo
MÉXICO, DF, 20 de enero de 2015.- El sistema económico mundial no funciona para seis mil millones de personas, advirtieron dirigentes sindicales internacionales durante el Foro Económico Mundial que tiene lugar en Davos, Suiza.
Los trabajadores y trabajadoras, y sus familias, necesitan un nuevo modelo empresarial que ponga fin a la desintegración de las democracias y las economías.
El mundo necesita inversiones y empleos, afirmó Sharan Burrow, secretaria General de la Confederación Sindical Internacional.
Desempleo masivo, pérdida de la confianza en las instituciones, aumento de las desigualdades y del extremismo son riesgos globales para los trabajadores y trabajadoras, los empleadores y los líderes.
La Encuesta Global de la CSI, efectuada en 14 países, reveló que sólo uno de cada dos encuestados consideraba que la próxima generación conseguirá encontrar un empleo decente.
El 78 por ciento de la población considera que el sistema económico favorece a los más ricos en lugar de ser justo para la mayoría.
El 62 por ciento de la población mundial quiere que se controle el poder corporativo.
“La naturaleza misma de los incentivos corporativos para invertir en una distribución equitativa está resultando socavada por su propio modelo de negocios.
“Es una vía de doble dirección: las empresas necesitan a los trabajadores, y los trabajadores necesitan empleadores equitativos. Por el momento, el mundo empresarial no está cumpliendo con la parte que le corresponde.
“El actual modelo empresarial es malo para las personas, malo para la economía y malo para la estabilidad y la democracia”, afirmó Sharan Burrow.
“Un aspecto esencial del crecimiento inclusivo ha de ser reducir la desigualdad de ingresos y revertir el descenso de la participación de la renta salarial en la producción y los ingresos”, comentó John Evans, secretario General de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC) y Economista Principal de la CSI.
Las perspectivas para 2015 son malas para el crecimiento y el empleo, advirtió Evans. Un descenso de la demanda y la deflación en Europa pone en peligro más puestos de trabajo.
Desde la década de 1980, los salarios reales no han conseguido aumentar paralelamente con la productividad, y como resultado de ello la participación de la renta salarial ha caído drásticamente. El porcentaje de la renta salarial descendió del 62 por ciento al 54 por ciento según cifras de la ONU.