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MÉXICO, DF, 1 de octubre de 2014.- El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon se solidarizó con el difícil proceso por el que atraviesan refugiados y desplazados internos que huyen de conflictos armados, dado que él mismo, en su niñez, se vio forzado a desplazarse junto con su familia durante la guerra de Corea, destaca la primera emisión de Noticias MVS.
El diplomático sudcoreano, al intervenir en la sesión plenaria del 65 Comité Ejecutivo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), refrendó su compromiso con su misión humanitaria en favor de refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y apátridas.
“Entiendo algo acerca de las dificultades que los refugiados y otras personas desplazadas se enfrentan por una sencilla razón: yo era uno de ellos, yo fui una de las personas desplazadas durante la guerra de Corea”, dijo el titular de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Relató que cuando la guerra de Corea asoló su país cuando era niño, “mi familia tuvo que correr para salvar nuestras vidas”.
“Uno de mis primeros recuerdos es el del momento de la huida con mi familia en las colinas de los alrededores de mi pueblo”, señaló.
“A medida que subimos en la lluvia y el frío, miré hacia atrás el único mundo que conocía (…) donde había jugado, donde había ido a la escuela, donde había vivido con mi familia, todo era llamas”, continuó.
“Nuestras vidas se convirtieron en humo”, recordó Ban, quien pocas veces hace referencia de su vida privada.
Habló sobre cómo el personal de la ONU y la comunidad internacional se apresuraron a ayudar. “Ellos nos alimentaron, nos proporcionaron libros de texto y bolígrafos. Nos ayudaron a reconstruir nuestra vida y nos ofrecieron de nuevo el poder de la esperanza”, relató.
Por eso, explicó Ban, “cuando voy a los campos de refugiados de todo el mundo, llevo un mensaje simple”. “El mundo está con ustedes, las Naciones Unidas está contigo, no te desesperes, yo estoy con vosotros”, dijo.
Ban comparó su situación con la de 51 millones de personas desplazadas o refugiadas en zonas de conflicto o por causa de desastres naturales o pobreza, a los cuales da cobijo ACNUR, y subrayó el batallar de más de tres millones de refugiados sirios a los que les brindó un mensaje de esperanza.
“Para todos ellos la ONU es un faro de esperanza (…) Para muchos niños coreanos de la época, incluyéndome a mi, las Naciones Unidas también fueron el faro de esperanza”, consideró.
“A pesar de todas estas dificultades, a pesar de la oscuridad, logré pasarlo (…)”, expresó Ban en la sede de la ONU en Ginebra ante los Estados miembros y posibles donadores para la causa de los refugiados y desplazados internos que se han visto forzados a dejarlo todo al igual que él.
“Y yo les digo que también superarán estas dificultades, así que no desesperen”, reiteró.
Ban, luego de hablar de su experiencia personal, urgió a la comunidad internacional a hacer más por los que se ven forzados a dejar sus hogares y ayudarles a reconstruir sus vidas y recobrar la esperanza.
“Nunca antes en la historia de las Naciones Unidas hemos tenido tantos refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo. Nunca hemos tenido que alimentar a tanta gente y proporcionarles recursos para sobrevivir”, subrayó.
Ban recalcó la enorme distancia que existe entre las necesidades de millones de personas que dependen de la ONU y lo que se obtiene para ayudarlos.
A pesar de lo que se ha logrado, Ban consideró que la comunidad internacional “debería estar haciendo más por ellos”.