Deja 32 heridos volcadura de camión de pasajeros en la México-Cuernavaca
MÉXICO, DF, a 27 de mayo de 2015.- “Dicen que no van a venir hasta que tú vayas. Que los han engañado mucho”, le dice una integrante de su equipo a Xóchitl Gálvez, la candidata del Partido Acción Nacional (PAN) a jefa delegacional por Miguel Hidalgo, sobre los vecinos que no se acercan a las sillas montadas para un evento de campaña, en las vías del ferrocarril a Cuernavaca.
Gálvez no lo duda y decidida responde: “vamos”.
De visita en la colonia Nextitla, a una semana de que concluyan las campañas y a 10 días de las elecciones del 7 de junio, la hidalguense se muestra dispuesta a romper el guión, a buscar el voto casa por casa, a recorrer el asentamiento donde las casas están construidas al lado de las vías o de plano en vagones de ferrocarril.
Ella misma lo dice, es el México profundo, el México que le duele. A diferencia de otros candidatos, ella es puntual en sus eventos y acude a la hora programada, a las 11:00 horas, y recorre algunos callejoncitos entre los vagones, respira la pestilencia ocasionada por un drenaje sin mantenimiento, escucha a los vecinos, algunos contentos de verla, otros escépticos ante sus promesas, pero sin dejar de admitir que en este proceso electoral es la primera que los visita, a pesar de que algunas de las paredes tienen pegada propaganda del perredista David Razú.
A algunos se los echa al bolsillo, es el caso de Irma Pérez, quien vive en Calzada de los Gallos 136, quien le pide arreglar el alumbrado porque en la noche la calle está bien sola y oscura.
También escucha el compromiso de la candidata panista para arreglar la situación de las viviendas que ocupan, que no son de ellos, aunque los gobiernos en turno les prometen que les arreglarán.
Gálvez se acerca a las señoras a quienes besa y abraza, lo mismo hace con hombres y niños. Al llegar a las vías del ferrocarril donde está colocado un inflable con su rostro y su nombre, unos vecinos la reciben, y es cuando su asistente le dice que algunos están renuentes a ir a su mitin.
Pero ella no se amilana y se lanza a buscar el voto en las casas ubicadas alrededor de las vías del ferrocarril. Camina acompañada de su equipo y de vecinos entre la yerba crecida, en las vías hay cascajo, excremento, basura y algunos animales muertos.
La candidata cuya historia de vida tiene como origen la pobreza en su natal Hidalgo no se sorprende. Sus pasos los hace con naturalidad. Incluso una señora le pregunta si no se le mete la tierra a las alpargatas que calza, Xóchitl responde que no.
Pasa junto a un vecino que vive en un vagón de ferrocarril y que tiene una colección de calcomanías de propaganda de otros candidatos. De buen humor, la representante del PAN le dice “le falta la de Xóchitl”, y el hombre ríe y la recibe.
También conoce a Esther, madre de un niño con discapacidad, quien asegura que carece de apoyo de la delegación o de otro nivel de gobierno para atender y educar a su hijo. Gálvez se conmueve y se compromete a ayudarla, gane o pierda la elección.
Los vecinos la reciben, le sonríen y le dicen que casi nadie se acuerda de ellos. Emigdia Osoria al verla le dice “qué ganas tenía de conocerla”.
Al concluir su recorrido sobre ese caserío de vagones transformados en viviendas, la candidata se regresa sin dejar de escuchar las demandas de quienes ahí habitan, la más insistente la de regularizar esos terrenos federales que ocupan desde hace años pero que no pueden llamar suyos, que fueron concesionados por Ferrocarriles de México.
De regresó en la carpa las alrededor de 80 sillas instaladas inicialmente son insuficientes. Ya hay más vecinos. Gálvez reitera su compromiso para regularizar los terrenos y para ello compromete a Jorge Triana, candidato a diputado federal por el distrito 10, y le pide que lo haga desde la Cámara de Diputados.
“Y si no, te cuelgo de donde más te duele, de ese árbol”, le advierte, lo que desata las carcajadas de los presentes, en su mayoría mujeres.
Triana acepta el compromiso. “Sobre todo para evitar problemas”, expresa divertido.
“Imagínatelos colgaditos”, añade Gálvez, para que no quede duda.
La candidata está de buen humor. Asegura que va arriba en las encuestas. Crítica a Razú por mentir respecto a su penthouse ilegal.
En el acto presenta a los vecinos su programa de inclusión social, que contempla construir un Faro del Saber en la colonia, guarderías de tiempo completo para las mamás solteras de la delegación, cursos de oficios para quien quiera tomarlos, así como un centro para emprendedores.
Mientras habla se escucha el silbato de un tren que se acerca por una de las 6 vías. Desconcertada pregunta si pasa por ahí, pero le dicen que donde está instalado el inflable las vías están descontinuadas.
Entonces retoma su buen humor y suelta. “Está pitando ‘voten por Xóchitl’”.
Los asistentes se lo celebran con porras de “Xóchitl, Xóchitl”. Cuando el tren se acerca Gálvez le pide al maquinista haga la X de Xóchitl y él accede automáticamente. No sólo eso, cuando detiene la locomotora, el maquinista ya trae puesta la camiseta de Xóchitl. Ella se acerca, y cuál Adelita se sube y sonriente, como niña, toca el silbato.
Se baja y continúa su mitin. Antes de concluir les dice a los vecinos que ella no regala despensas, sólo su honestidad y su corazón. Pero al concluir el evento algunos reciben unas sencillas bolsas, playeras y hay taquitos de canasta para todos.
Al concluir los vecinos se le acercan y le piden la foto del recuerdo. Antes de despedirse unos estudiantes politécnicos le echan una porra, y Rubisela, una vecina que la acompañó en gran parte de su trayecto, le dice que hay un grafitti pintado en su honor.
Xóchitl acude a verlo feliz y posa para la foto.