Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril de 2016.- El remante de operación del Banco de México (Banxico) y los apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex) son medidas que en general deberían mejorar la situación financiera del país y contribuir a fortalecer la estabilidad macroeconómica.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) destacó que esto debería permitir generar un entorno que ayude a conducir a la economía por un camino hacia un mayor dinamismo en el mediano y largo plazo, informa la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex.
Refirió que el 11 de abril pasado el Banxico informó que su resultado neto ascendió a 378 mil 235.8 millones de pesos durante el ejercicio 2015, de los cuales decidió canalizar 109 mil 142.0 millones de pesos a incrementar su reserva de capital y otros 30 mil millones de peso para incrementar la reserva de revaluación de activos.
Los restantes 239 mil 093.8 millones de pesos, que constituyen el remanente de operación, se entregaron de manera íntegra al gobierno federal, como lo marca el artículo 55 de la ley del Banco de México, añadió en su reporte semanal Análisis económico ejecutivo.
La buena noticia al respecto, agregó, es que esta será la primera ocasión en que este monto, contabilizado como ingreso no recurrente, tendrá un destino específico sin la posibilidad de utilizarlo, al menos directamente, de manera discrecional en gasto improductivo que no tenga ningún efecto positivo sobre la salud de las finanzas del país.
Según los cambios realizados en 2015 a la Ley Federal de Presupuesto y responsabilidad Hacendaria en su artículo 19 Bis, del remanente de operación que el Banxico entere al gobierno federal, cuando menos 70 por ciento se deberá destinar a la amortización de deuda pública y el monto restante se asignará al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios.
Sobre el destino del remante del Banxico, la Secretaría de Hacienda informó que del total de 239 mil millones de pesos enterados, 167 mil millones de pesos (70 por ciento del total), se utilizarán para recompra de deuda del gobierno federal y para disminuir el monto de colocación de deuda durante 2016.
Al respecto, apuntó, el gobernador del Banxico, Agustín Carstens, dijo que esto podría hacer que la deuda pública disminuyera entre 0.8 y 1.0 por ciento del PIB, lo que significaría una excelente señal en cuanto a la disponibilidad de las autoridades hacendarias por hacer lo posible para sanear al máximo las cuentas públicas.
El organismo de investigación y análisis del sector privado estimó que este efecto se daría si el total de los 167 mil millones de pesos se destinara íntegramente a la recompra de deuda, pero según su distribución, solo 103 mil millones de pesos se emplearán para ello.
Indicó que los otros 64 mil millones de pesos se utilizarán para que el gobierno federal disminuya su colocación de deuda en el mercado local, lo cual no implica el pago de deuda, sino simplemente reduce la posibilidad de aumentarla al incrementar la disponibilidad de recursos.
“De esta manera, el efecto sobre el total de compromisos del sector público estaría rondando el 0.5 por ciento del PIB, porcentaje inferior al estimado por el Banco de México”, agregó el CEESP.
Consideró que reducir la deuda total del sector público en menos de un punto porcentual del PIB es insuficiente, después de que en los últimos cuatro años se ha incrementado en cerca de 10 puntos del producto, 20 veces más que el 0.5 por ciento en que podría reducirse este año.
Señaló que del 30 por ciento restante del remanente, 70 mil millones de pesos se destinarán al Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y 1.7 mil millones de pesos para pagar aportaciones pendientes a organismos internacionales.
“Si bien las señales que se perciben de estas medidas son buenas, es fundamental que la flexibilidad que esto representa para las cuentas públicas se refleje realmente en una asignación eficiente y transparente de los recursos públicos”, subrayó.
En este entorno, un aspecto que preocupa dentro de las finanzas públicas, es la situación de Pemex, que con la significativa caída de los precios del petróleo, quedó en evidencia el desequilibrio estructural que inició desde hace ya varios años, anotó.
Precisó que por ley era imposible que parte del remante del Banxico se utilizara para inyectarle a Pemex, pero la flexibilidad presupuestaria que generó el ajuste al gasto público y el remanente del banco central, permitió diseñar mecanismos para dotar de recursos a Pemex con el objetivo de fortalecer su posición financiera.
Así, expuso, el 13 de abril la Secretaría de Hacienda dio a conocer las medidas de apoyo del gobierno federal a Pemex, las cuales le darán liquidez por 73.5 mil millones de pesos.
Estas consisten en una aportación patrimonial a Pemex por 26.5 mil millones de pesos y otros 47 mil millones de pesos que provienen del intercambio de un bono que se le otorgó a la empresa petrolera en 2015 por títulos negociables para el pago de pensiones y jubilaciones.
Además, se modificó el régimen fiscal de Pemex para permitirle una mayor deducción de costos, pues se ajusta el precio promedio del crudo que se utiliza para calcular el derecho que paga al erario, al pasar de un promedio de tres dólares por barril a 6.10 dólares para lo obtenido en pozos en aguas someras y 8.30 dólares para pozos en tierra.
Con esto, se estima que al ahorro de Pemex podría ser de 50 mil millones de pesos y de esta manera, el apoyo total para la empresa petrolera sumaría 123.5 mil millones de pesos.
El organismo resaltó que los apoyos a Pemex están condicionados a que reduzca su pasivo circulante, deuda con proveedores y contratistas en los 73.5 mil millones de pesos de apoyo directo que recibe por parte del gobierno federal.
Consieró que Pemex tiene un arduo trabajo que hacer para lograr un acuerdo que modifique el contrato colectivo de trabajo y permita una disminución de las obligaciones por concepto de pensiones y jubilaciones en el mediano plazo, además de los avances que logre en el pago de sus adeudos a proveedores, que son parte de las condicionantes de los apoyos que recibe.
Es evidente que se requiere un programa de reingeniería total y reestructura en Pemex, que además contribuya a dar solución al déficit de más de 100 mil millones de pesos al año en el sistema de refinación, abundó.