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Escenario político
Como dicta la Constitución, el pasado primero de septiembre fue entregado al Congreso de la Unión el Informe de Gobierno correspondiente al segundo año del gobierno de Enrique Peña Nieto y no fue sino hasta el día siguiente cuando nos enteramos de su contenido. En un acto que se distinguió por ser una ceremonia de vítores al presidente a la vieja usanza, por haber convertido al Zócalo de la capital del país en un inmenso estacionamiento y por no haber sido pronunciada ninguna referencia autocrítica, sino todo lo contrario, el Ejecutivo dio un mensaje a la Nación en medio de una gran campaña mediática.
Una de las conclusiones que se derivan de este fastuoso acto es que en 21 meses, en México se ha legislado más que gobernado. Fueron presentados como logros de esta administración el conjunto de reformas del que hemos hablado tanto en los últimos meses. Sin embargo, es necesario puntualizar que, para bien o para mal, dichas reformas fueron cristalizadas gracias a que la oposición, llámese concretamente PAN y PRD, decidieron impulsar las mismas. Llama la atención, en particular, la postura del PAN ya que en su mayoría fueron reformas que este partido, cuando fue gobierno, propuso sacar adelante mientras que el PRI se negó a apoyarlas.
Digo que en estos dos primeros años se ha legislado más que gobernado porque tal como lo dicen los principales indicadores económicos y sociales, las cosas parecen ir a la deriva. Después de haber tenido tres años en los que en promedio la economía del país creció casi en 4.5 por ciento anual, pasamos a dos años en los que la economía no habrá crecido ni la mitad de los anteriores. Derivado de lo anterior, enfrentamos problemas de generación de empleo, caída notable en el poder adquisitivo de las familias y una absoluta ausencia de políticas y programas que atiendan el estado de olvido en el que se encuentran millones de jóvenes mexicanos. En materia de pobreza, de acuerdo a proyecciones no oficiales, ya que éstas vendrán el año próximo, se estima que la pobreza en México ha aumentado significativamente.
Un país como México no puede esperar, la incapacidad para dar solución a los problemas de las sociedad mexicana no se puede confundir con la voluntad mostrada por la oposición para realizar un conjunto de reformas que posiblemente cambien sectores importantes de nuestra sociedad y economía. Es claro que la falta de resultados ha llevado al gobierno a construir una narrativa que trata de justificar estos dos primeros años. Esta, no es más que una forma maniquea de presentar una realidad que dista mucho a la que viven la mayoría de mexicanos.
Otro de los aspectos que omitió señalar el Informe es que el subejercicio fiscal que tuvo lugar en 2013 y una de sus reformas, la fiscal que sacó en conjunto con el PRD y a la que se opuso el PAN, son las razones por las cuales la economía mexicana ha parado en seco en los dos últimos años, un freno que ha significado que muchas familias mexicanas tengan que lidiar día a día con el desempleo y con la pobreza. Los resultados, pues, a dos años de gobierno son nulos.
En materia de combate a la corrupción no se ha registrado ningún avance y no se mencionaron acciones a futuro en ese sentido. Al final de cuentas, los asuntos que más preocupan a los ciudadanos continúan siendo el estancamiento de la economía, la falta de empleo y la seguridad. Ya con las once reformas aprobadas y las arcas del gobierno desbordadas por los recursos provenientes de las modificaciones fiscales, es de esperarse que los beneficios tan publicitados por el gobierno comiencen a sentirse ya, sin más dilación, en el bolsillo de la gente que trabaja.