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MÉXICO, D.F., 4 de septiembre de 2014.- El velocista Ignacio Yáñez López, triple medallista de oro en el reciente Campeonato de Atletismo Masters Norte Centroamérica y del Caribe, cuenta a Quadratín/México su experiencia en dicha competencia, realizada en Costa Rica, así como del poco apoyo que en el país hay para atletas máster.
Nacho, como se le conoce en la pista, empezó su carrera deportiva a finales de la década de los 50: era boxeador profesional, e incluso, llegó a boxear contra Felipe Vaca (campeón nacional) el 13 de mayo de 1967 en la Arena Coliseo. En 1968 y con la Olimpiada próxima a realizarse en el país, Nacho fue designado entrenador de conscriptos. El tiempo ha pasado: ahora cuenta con 70 años «bien vividos».
Tras esto decidió pasar unos años dedicados al estudio, empezando con la primaria nocturna y culminando en la Universidad de Guadalajara de la cual es perteneciente a la generación 70-74, Nacho se graduó como ingeniero eléctrico.
Tras culminar sus estudios y dejando de lado la actividad deportiva, Nacho empezó a notar un deterioro físico en su persona y recordó que la base de su entrenamiento como boxeador era cardiovascular y ahí inició la leyenda del ahora bautizado como el ‘Azteca de Oro’, sobrenombre que se ganó en Costa Rica.
Con la determinación que se le conocía para todo lo que se propone, Nacho empezó a correr religiosamente distancias dignas de maratón: «30 km diarios, ése era mi entrenamiento», comenta Nacho con una tímida sonrisa pintada en el rostro. Pero el tiempo no perdona y tras competir en carreras de largas distancias se le diagnosticó fascia plantar lo cual lo alejó de las competencias de fondo mas no de las pistas.
«Si no hubiera sido por las contribuciones del pueblo yo no hubiera estudiado y mi destino no hubiera sido éste», recuerda Nacho quien dice tener una gran deuda con el pueblo mexicano y es por y para ellos que corre y a quienes dedica cada uno de sus triunfos en la pista.
Nacho compitió y ganó oro en las pruebas de 100, 200 y 400 metros planos en los pasados Juegos de Atletismo Masters Norte Centroamérica y del Caribe, efectuados en Costa Rica el mes de agosto, pero el camino no fue fácil.
«No tenía ni un quinto para ir pero sabía lo que tenía aquí, en las piernas», confiesa Nacho, golpeando con las palmas de las manos sus muslos.
‘Nacho’, con impotencia y cabizbajo, recuerda haber pedido apoyo por diferentes medios sin éxito. Se acercó a Héctor Robles Peiro, presidente municipal de Zapopan, y a Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, gobernador del estado de Jalisco.
No recibió ningún tipo de ayuda o respuesta siquiera.
Y es que ‘Nacho’ no es el único ejemplo ganador en categoría máster. José Luis López Camarena, de Arandas, Jalisco, es un referente en la marcha mexicana y ha obtenido múltiples campeonatos a nivel mundial en dicha categoría. La única constante, además del éxito de sus carreras deportivas, es que no cuentan con ningún apoyo, ni institucional y mucho menos gubernamental.
‘Nacho’ rememora con un gran sentimiento que viajó a Costa Rica con el apoyo de uno de sus hijos, quien le facilitó el boleto de avión rumbo a Costa Rica. De Jalisco se transportó a la ciudad de México, llegó a la Central del Norte y de ahí al aeropuerto. «Y llegué a San José con sólo dos mil pesos», recuerda Nacho, elevando los ojos al cielo.
Tras cambiar sus pesos por colones y notar que el dinero no le alcanzaba más que para una noche en el Hotel al cual lo llevaron los del Comité Organizador decidió pedirle al mismo comité apoyo: que lo dejaran dormir en la sala de medios o en la misma tribuna del estadio. Freddy Medina, competidor máster de origen tico, escuchó esto y le ofreció su vivienda para que pudiera descansar.
«No vengo de un lugar donde se titubea, vengo de la calle y en la calle hay que fajarse», asegura Nacho mientras cuenta que él es, y siempre será, un atleta de la calle.
Así, tras 36 horas sin haber comido y con hambre de gloria, Nacho saltó a la pista y en sus tres competencias (100, 200 y 400 metros) puso en tres ocasiones la bandera mexicana en todo lo alto. «El himno…, escuchar tres veces el himno fuera de casa es indescriptible, voy a correr y corro por el pueblo mexicano, para poner el nombre de México en alto», dice con la voz entrecortada, con emoción.
Nacho guarda un agradecimiento eterno a todo el pueblo tico por acogerlo como si fuera uno de ellos. En especial recuerda con cariño a su principal competidor en estos juegos, Jim Procter y también a Freddy Medina, quien junto con su esposa Isabel lo hicieron sentir bienvenido y querido.
Ya de regreso, en el aeropuerto de San José, Costa Rica, cuenta que la señorita que checaba los pasaportes le dijo «lo vi ayer en la tele, su historia me llegó al alma», pues la historia de Nacho se conoció a nivel nacional, al ser entrevistado por una cadena de televisión local tras lograr llevarse el oro en todas las competencias disputadas, sin tener el más mínimo apoyo ‘oficial’.
‘Nacho’ afirma que va a ganar el próximo Campeonato Mundial en Lyon, Francia –a realizarse el próximo año– y para el cual ya está entrenando. «Va a ser un triunfo no sólo para México «también para toda Latinoamérica», augura Nacho mientras golpea su pecho del lado del corazón.
Y no está lejos de la realidad: su tiempo en los 400 metros planos, en la categoría de 70 a 74 años, es de un minuto con seis segundos, a escasos tres segundos, asegura, de poder subirse al podium mundial.
Para concluir, Nacho exhorta a las asociaciones, comités, Conade, COM, institutos deportivos, así como al gobierno a apoyar a este gremio de atletas master, quienes competimos para poner el nombre de México en alto, pues «hay días que no tienes que comer, pero tienes que entrenar», remató el «Azteca de Oro».