Lilia E. Cárdenas Treviño, líder social y promotora cultural
MÉXICO, DF, 23 de noviembre de 2015.- Carlos Slim Helú, uno de los hombres más ricos del mundo, es también un hombre sencillo, gran conocedor del país y un lector voraz, afirma el periodista Diego Enrique Osorno, autor de Slim, biografía política del mexicano más rico del mundo, publicado por Debate.
“Me pareció que es un hombre muy sencillo, muy a tierra, que tiene un pulso impresionante del país, había trabajadores de él en obras lejanas que me decían que de repente les hablaba sobre una decisión que habían tomado en ingeniería porque él había visto los reportes y se daba cuenta que estaba mal, a ese grado de cambiar un hoyo y decir que estaba mal hecho. Explica una parte de las habilidades personales para lograr este emporio que tiene hoy en día”, dice Osorno.
“Me sorprendió que fuera un lector tan clavado, tan voraz, pude ver su biblioteca y acceder a ella, constatar que tenía libros desde 1970 que se veían manoseados, subrayados y leídos”, dice Osorno en entrevista con Quadratín México.
La obra, de reciente aparición, le llevó al autor de País de muertos, una investigación de ocho años en la que visitó Beirut y Nueva York y a hacer múltiples solicitudes de información, entre las cuales destaca la que buscaba hurgar en la vida de Julián, hermano mayor del magnate, quien perteneció a la temible Dirección Federal de Seguridad (DFS), involucrada en la llamada Guerra Sucia causante de desapariciones en los años 70 y 80.
En el libro, el autor dice que la carrera policíaca de Julián Slim Helú iba en ascenso, “justo cuando su hermano Carlos empezó a ser conocido en el mundo empresarial, (entonces) aquel desapareció del escenario público”.
Osorno dice que aunque el tema incomodó al ingeniero, como le dicen los cercanos a Slim, abordaron el tema en las cerca de siete horas de entrevista para el libro, realizada en su oficina.
“Le incomodó y lo que hizo fue minimizar la relevancia de lo que él había hecho en los cuerpos policiacos, decir que a él y al resto de la familia no le gustaba que él estuviera en eso”.
Afirma que no recibió ningún tipo de presión, pero que sí hubo temas que ya no incluyó porque periodísticamente no estaban validados.
“Me quedé con mucho material que no pude concretar de una manera que hubiera sido válida periodísticamente. Yo hubiera querido que el libro estuviera con las fuentes abiertas, las referencias para evitar que algún resquicio permitiera que el libro fuera anulado. Todos estos temas quedaron ahí, pendientes en un archivo que voy a dar a la Universidad de Nuevo León para que se haga público en 10 o 15 años”.
– ¿Hubo fuentes que se le replegaron?
– Sí, hubo muchas que de plano se negaron a hablar conmigo porque no querían tener problemas con el ingeniero, hubo otras que incluso después en las entrevistas pidieron que las sacara, así tuve que trabajar porque sabía de quién estaba escribiendo. Si te pones a trabajar sobre uno de los hombres más ricos del mundo no esperas que haya un camino de rosas que permita recorrerlo y hacer las preguntas que quieras.
– ¿Sabe si ya leyó el libro Slim?
– No lo sé, la editorial la da antes [el material] lo hace con todos los libros una versión en PDF para que lo revise, él ya tiene el libro desde antes que saliera por esta rutina de la editorial y no he tenido comentarios.
– ¿Cómo lo definiría al empresario?
– Es imposible definir a Slim sin relacionarlo con los números, no sólo es su trabajo o su hobbie, es su vocación, ahí hay un placer. Los negocios son su mundo. Al dinero, en sí, no le gusta ostentarlo, es el mundo de los negocios, su habilidad está fuera de lo común.