Importación de ganado, con protocolos: SuKarne ante gusano barrenador
MÉXICO, DF, 29 de agosto de 2014.- “Perdone usted, pero yo ya estoy hasta la madre de los delincuentes y la falta de apoyo de las autoridades locales. Como militar no me corresponde hablar, pero no es justo que nos tengan como policías de rancho, vigilando las carreteras”, soltó uno de los jóvenes militares que vigilan un retén en la carretera que conduce a Valle de Bravo, al periodista Omar Sánchez de Tagle.
Harto, como el propio soldado lo confiesa al reportero de Animal Político –sitio en internet especializado en información y análisis político-, el militar señala que al denunciar irregularidades, las autoridades civiles del municipio “sólo contestan que no hay separos suficientes para encerrar a los taxistas, que son los que en realidad están secuestrando y extorsionando a la población”, afirma, frustrado por estar acantonado en la carretera mientras ve pasar a delincuentes potenciales.
De lenguaje llano y directo, el militar y algunos elementos de la Policía Federal, denuncian sin ambages ante el reportero que “los elementos policiacos estatales que, a partir de las seis de la tarde, ‘se ponen a beber en sus módulos, dejando de vigilar sus zonas’”.
Mientras, desde los retenes, periodistas, soldados y policías observan cómo pasan vehículos sin placas, con permisos vencidos y sobre todo taxis sin rotular y polarizados que al momento de ser detenidos afirman no estar cometiendo ningún delito federal
En la conversación entre Sánchez de Tagle y el joven militar, tercia un oficial de la Policía Preventiva y denuncia con precisión que han ido con el presidente municipal priista Francisco Reynoso “a explicarle lo peligroso que resulta no tener regulados a los taxistas, pero él nos asegura que ese no es nuestro problema. Aquí en Valle de Bravo no se sanciona ni multa a nadie, es un pueblo sin ley y eso nos hace más difícil proteger a la población”, explica federal con la misma dosis de frustración e impotencia del militar.
Militares, federales y hasta estatales saben que, pese a su presencia reforzada con la División de Gendarmería, “persisten las extorsiones, los asaltos y otros delitos de alto impacto, en los que autoridades mexiquenses no los apoyan”, dice Animal Político.
“Hemos ido con el presidente municipal a explicarle lo peligroso que resulta no tener regulados a los taxistas, pero él nos asegura que ese no es nuestro problema. Aquí en Valle de Bravo no se sanciona ni multa a nadie, es un pueblo sin ley y eso nos hace más difícil proteger a la población”, explica un elemento de la policía federal que tiene dos semanas en el municipio.
Sánchez de Tagle destaca que el ayuntamiento priista de Valle de Bravo tiene “órdenes del presidente municipal, Francisco Reynoso, de no detener a los taxistas para evitar manifestaciones y problemas”.
“Estos taxistas tienen radios y teléfonos con los que van extorsionando y se trasladan a distintos lugares para cobrar ciertas cantidades de dinero. A los que hemos ubicado extorsionando y con radios, sí hemos logrado detenerlos y enviarlos a prisión”, destacan los entrevistados.