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MÉXICO, 25 de noviembre de 2014.- Apenas el sábado 22 de noviembre se le veía feliz. A pesar de sus 80 años cumplidos el primero de mayo, se le veía entero. Estaba en su casa de Cordillera de Los Andes, en Lomas de Chapultepec. Como si fuera una fiesta, recibía a sus invitados en el amplio jardín donde había instaladas 15 mesas. Ahí logró reunir a una parte de la historia de México de finales del siglo 20.
Era Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, que ese día presentó su propuesta de redactar una nueva Constitución. El mismo hombre que cimbró al monolítico Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1986, cuando creó una corriente opositora dentro del tricolor, que después se escindiría e impulsaría la candidatura del propio Cárdenas.
Más aún: Cárdenas, el hijo de uno de los presidentes más queridos de México, el general Lázaro Cárdenas, puso de cabeza al sistema político mexicano en 1988, cuando su candidatura a la presidencia de la República aglutinó a fuerzas políticas de izquierda y disputó la elección al representante de la entonces invencible maquinaria priísta, Carlos Salinas de Gortari. Fue el año de la llamada “caída del sistema”, que dejó la sospecha de un fraude electoral.
Aunque la percepción entre una gran mayoría de mexicanos es que Cárdenas -quien como priísta fue gobernador de Michoacán- ganó ese año las elecciones, y hubo voces que le pidieron desconocer las instituciones, acató la decisión del Colegio Electoral y Salinas se quedó con la presidencia.
Pero fue Cárdenas, junto con Porfirio Muñoz Ledo, quien lo acompañó dos años en la creación de la Corriente Democrática, quienes fundaron al Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuyo primer dirigente fue el propio ingeniero, de ahí que el lugar común lo llamará como “el líder moral del PRD”. Después vendrían las diferencias entre ellos, pero la labor titánica de convocar a formar una fuerza de izquierda dio frutos en 1989.
En 1994 Cárdenas repitió como candidato a la Presidencia de la República, ya bajo las siglas del Sol Azteca. Fue superado por el priísta Ernesto Zedillo, a la postre ganador de los comicios, y por el panista Diego Fernández de Cevallos.
Pero Cárdenas estaba llamado a ser un pionero, a formar parte de la historia política del país. En 1997 se convirtió en el primer jefe de Gobierno electo de la ciudad de México, en una elección que fue la antesala para la alternancia política en el país.
Una gestión que decepcionó a muchos, que no estuvo exenta de escándalos, como cuando el conductor televisivo Paco Stanley fue asesinado y las televisoras lincharon mediáticamente la gestión de Cárdenas, al asegurar que había sido ultimado por la inseguridad del país, aunque las evidencias indicaban que se trataba de un ajuste de cuentas de parte del narcotráfico contra el carismático personaje de TV Azteca.
A finales de 1999 Cárdenas dejó la jefatura de Gobierno, lo que le generó críticas en contra, y la dejó en manos de Rosario Robles, ahora secretaria de Desarrollo Social del priísta gobierno de Enrique Peña Nieto.
Cárdenas dejó el cargo para ir en pos de su tercera candidatura a la Presidencia. La alternancia en el poder se veía cerca y los candidatos de oposición, él y el ex gobernador de Guanajuato, Vicente Fox, de parte del Partido Acción Nacional (PAN) estuvieron a un tris de aliarse y concretar una sola candidatura presidencial, pero no se pusieron de acuerdo sobre el método de elección de candidato y cada quien cabalgó por su lado.
Como en 1994, Cárdenas quedó en tercer lugar, sin posibilidades de ganar la elección, pero sus votos ayudaron a posicionar a la fuerza política que él fundó. Incluso se habló de diferencias con Porfirio Muñoz Ledo, quien estaba interesado en la candidatura perredista, y al no obtenerla se consoló con la candidatura del Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), un satélite del PRI. Al final Muñoz Ledo le dio su apoyo a Fox, quien el 2 de julio del año 2000 sacó al PRI de Los Pinos.
Su momento como candidato presidencial había pasado, pero los Cárdenas aún tenían cuerda. Su hijo Lázaro, del mismo nombre que el abuelo, llegó a la gubernatura de Michoacán en 2002 y la concluyó en 2008.
Por su parte Cuauhtémoc Cárdenas continuó en actividades públicas. En 2010 fue coordinador de los festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución.
Actualmente era el Coordinador de Asuntos Internacionales del Gobierno del Distrito Federal (GDF), y desde el año pasado retomó su activismo político al criticar la Reforma Energética.
También se ha sumado a las marchas por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y el 8 de octubre fue agredido cuando alguien le aventó una botella de plástico y le gritaron “asesino”.
Debió retirarse.
Pero no dejó de hablar sobre el tema, criticó que el partido se tardara tanto tiempo en reaccionar a una de sus peores crisis por haber abanderado la candidatura a la presidencia municipal de Iguala de José Luis Abarca, acusado de ser quien ordenó desaparecer a los normalistas, y el 17 de noviembre envió una carta al Comité Ejecutivo Nacional perredista para pedir la renuncia de la dirigencia, y advertía que en caso de no hacerlo, el PRD podría desaparecer tal como se le conoce.
El dirigente del PRD Carlos Navarrete se ofreció a conversar de manera pública con él, pero de nada sirvió: Cárdenas renunció este 25 de noviembre al partido que él fundó.
Pero los proyectos para el ingeniero, el tres veces candidato presidencial, el primer jefe de Gobierno del DF no acaban, y el 22 de noviembre propuso redactar una nueva Constitución, y para eso desempolvó a la Corriente Democrática, como en los viejos tiempos.