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TEXCOCO, Edomex., 4 de noviembre de 2014.- Se le podría considerar uno de los últimos graniceros de la región, capaz de hacer llover, retirar tormentas y proteger de rayos. Se trata de Timoteo Hernández, vecino de Tequesquinahuac, quien asegura que antes de nacer fue elegido para controlar tormentas.
“Soy granicero porque antes de nacer se me dio el don», señala comentando que cuando su madre estaba en su último mes de embarazo, cayó un rayo frente a ella, que hizo que la puerta de madera estallara en pedazos.
“Decía mi papá que las astillas de la puerta se clavaron a la altura del vientre de mi madre, pero quedaron en la faja y ya no me hizo daño, esa fue la señal de que sería granicero”.
Por ello, cuenta Timoteo Hernández, desde su primer año de vida su padre lo comenzó a llevar con los granicero de Amecameca, quienes le enseñaron hasta los ocho años la forma de controlar los fenómenos naturales como la lluvia, tormentas y truenos.
“Yo me gradué como granicero a los ocho años, ya que mis maestros me llevaron a la parte alta, me hicieron llamar las nubes y ellos las retiraban, luego ellos las llamaban y yo las retiraba. Cuando vieron que ya estaba listo, me trajeron a mi pueblo y ahí me presentaron ante la comunidad”, relató.
Hoy, a sus 56 años, Timoteo pronostica que el año agrícola viene bueno, con lluvias abundantes que darán buenas cosechas: “Se nota porque ya comenzaron las heladas, el cielo se ve rojo, los pájaros cantan mucho y hay nuevas aborregadas”.
Por otro lado, el granicero acudió a una conferencia en la biblioteca municipal pública Fray Pedro de Gante, en Texcoco; ahí habló de sus dones que le han permitido mantener el respeto en su comunidad.
“Cada año en mi pueblo, el día 3 de mayo se realiza la ceremonia para pedir a Dios, a la Virgen de Guadalupe, a Tláloc y a mis maestros fallecidos, ayuda para que haya buena lluvia, para que nos proteja de las tormentas fuertes, del rayo de las granizadas y que haya buena cosecha”.
Esta ceremonia se realiza a los pies del monte Tláloc y participa todo el pueblo para realizar la ceremonia.
Por ello, armado con una palma bendita, una cruz y un cirio pascual, Timoteo logra aumentar tormentas o hacer llover, soportando que rayos caigan muy cerca de él, “pero no debe uno de tener miedo, porque son manifestaciones de Tláloc para mostrarnos su fuerza”.
Timoteo puede ser considerado uno de los últimos graniceros, ya que aunque muchos se han acercado para obtener este don, estos “no han soportado la disciplina, no aguantan que un rayo les caiga cerca o se dejan dominar por vicios como el alcohol, por ello no cumplen y eso no le gusta a Tláloc”.
Asimismo, él se considera fuerte para seguir manteniendo la comunicación con los fenómenos naturales, y afirma que su hija de 10 años muestra facultades y tiene el don, por lo que ya le transmite sus conocimientos para que se convierta en la granicera de la comunidad.
“Mi esposa no cree en eso, pero mi hija en cuanto empiezan a caer rayos y alumbran hasta dentro de mi cuarto, ella me dice que ya me están buscando, que salga para ver qué pasa”, comentó.