Itinerario Político
“Todos los seres humanos nacen libres
e iguales en dignidad y derechos.”
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Desde el año 2011, la Organización de las Naciones Unidas conmemora cada 30 de agosto el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, a raíz de la aprobación de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas.
En algunos países, la desaparición forzada es ejecutada por militares, agentes de policía u otras personas que actúan con la autorización del Estado, siendo un fenómeno mundial que afecta gravemente nuestra condición como seres humanos, de ahí que sea considerada como un crimen de lesa humanidad; es decir, que afecta a todas las mujeres y los hombres de este planeta.
Para entender el grave daño que las desapariciones producen, es necesario recordar que toda persona, solo por el hecho de serlo, goza de dignidad humana, siendo esta la condición necesaria para que nuestra existencia esté protegida por derechos considerados fundamentales como la vida, la libertad, la no discriminación, la identidad, la educación, el trabajo y muchos otros más.
Estos derechos y la propia dignidad humana, muchas veces nos parecen objetos intangibles y, en algunos casos, difíciles de proteger, sobre todo cuando hemos experimentado, en nuestra persona o en la de nuestros seres queridos, alguna violación a estos derechos, quedando como experiencia que ha sido difícil sancionar al responsable y reparar el daño. No obstante lo complejo de esta situación, no podemos permitir que nuestra dignidad y los derechos que giran alrededor de ella se vean lesionados.
En nuestro país, las desapariciones no son producidas por el Estado. Muchas desapariciones ocurren por delitos cometidos por particulares, como el secuestro, homicidio, trata de personas o delincuencia organizada, u ocurren por conflictos familiares que obligan a las personas, principalmente niños y niñas, a dejar sus hogares, además de las desapariciones derivadas del hecho de que algunas personas padecen trastornos mentales que afectan su memoria.
Hoy en día existen muchas personas que enfrentan el dolor de no conocer el paradero de sus familiares o amigos, y son ellas las primeras en exigir el respeto a la dignidad de los desaparecidos y su entorno.
En este sentido, el Estado es el principal protector de nuestra dignidad y derechos, es el principal promotor de los valores universales y es el primer responsable de investigar las desapariciones y, en su caso, de sancionar a quienes las producen y velar por la reparación del daño generado a las víctimas.
Por ello, recientemente la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que en nuestro país, de 2011 a la fecha han sido denunciados 52 mil 941 casos de personas no localizadas, extraviadas, ausentes o desaparecidas, de las cuales, ya se ha logrado localizar a 30 mil 619 personas, la mayoría con vida y mil 524 fallecidos, y existe un total de 22 mil 322 personas que aún se encuentran inscritas en el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas.
La PGR creó la Unidad Especializada para la Búsqueda de Personas Desaparecidas que, en coordinación con la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, está trabajando en la implementación de una política pública en la materia,
El diseño de lo anterior, incluye la construcción de un Plan Nacional de Búsqueda Sistematizado, que tendrá un software ´ante mortem-post mortem´ para ubicar a las personas con vida y avanzar en el análisis forense para su plena identificación, así como el establecimiento de una red nacional de procuración de justicia para la búsqueda de personas, sumándose a ello mecanismos de ‘‘búsqueda urgente’’ y un protocolo nacional en la materia.
Todo lo anterior es muestra del compromiso con el que el Presidente de la República, Enrique Peña Nieta, asume la responsabilidad del Estado en el sentido de garantizar la protección de la dignidad humana y la vida de desaparecidos y de sus familiares, porque las desapariciones son un mal para la humanidad y atentan contra todos.