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MÉXICO, 31 de diciembre de 2014.- La Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) se volvió escenario de escándalos de parte de algunos de sus 66 integrantes, algunos de ellos espiados y acusados de corrupción, como es el caso de los panistas Edgar Borja y Priscila Vera.
Pero los tentáculos del espionaje no sólo alcanzaron a los legisladores, sino también sus funcionarios, como es el caso de Aarón Josué Ramos Miranda, quien hasta los primeros días de diciembre era el Oficial Mayor de la ALDF, pero dejó el cargo luego de que se dio a conocer un video que presuntamente lo ligaba al crimen organizado.
Otros escándalos fueron por la práctica del acarreo llevado a golpeteo contra adversarios, como fue el caso del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el 4 de noviembre para defender la ley que prohíbe animales en los circos.
Hubo legisladores que sufrieron la ley del hielo, como es el caso de la panista Laura Ballesteros, que de Vicecoordinadora del PAN en la ALDF pasó a ser una diputada local aislada.
DE GUARDIANES A VIGILADOS
Los panistas Edgar Borja y Priscila Vera eran hasta noviembre de este año los más férreos críticos del delegado de Coyoacán, el perredista Mauricio Toledo, a quien acusaban de extorsionar a empresas.
Incluso presentaron denuncias contra el titular de la demarcación y acusaron repetidamente a la Procuraduría General de Justicia del DF (PGJDF) de protegerlo.
Pero la situación se les revirtió a ambos, luego de que en noviembre se dieron a conocer dos audios donde se escucha a Borja ser el intermediario para negociar contratos millonarios con entidades de gobierno.
El legislador panista dijo reconoció que era su voz, empero descartó renunciar. Pero cuando se dio a conocer el segundo audio, anunció por twitter que solicitaría licencia para aclarar el caso. Sin embargo se arrepintió luego de que el presidente nacional del partido, Ricardo Anaya, anunció que estaba en marcha un proceso para expulsarlo.
Borja ya no pidió licencia y sigue como legislador e integrante de la bancada panista en la ALDF. Por su parte Anaya reiteró el 16 de diciembre que sigue el proceso de expulsión y que además los órganos internos del partido cuentan con pruebas sobre los presuntos actos de corrupción.
Vera, quien ocupó la presidencia de la mesa directiva de la ALDF en octubre, también fue vinculada con un presunto acto de corrupción, y tiene pendiente una denuncia en su contra, ya que está acusada de pedir departamentos a cambio de gestiones sociales.
La panista, visiblemente nerviosa salió al paso de las acusaciones. Afirmó que se trataba de una acusación vieja donde la denunciante ya no ratificó la denuncia, y adelantó lo que ya se rumoraba en los pasillos del recinto legislativo: que podría surgir otro audio, con una conversación “hot”, en la que ella es la protagonista.
OFICIAL MAYOR PREFIERE NO VOLVER
Aarón Josué Ramos Miranda solicitó licencia a su cargo el 2 de diciembre, unas horas después de que comenzara a circular en redes sociales un video que lo acusaba de hacerse de bienes inmuebles repentinamente, y de tener nexos con la delincuencia organizada.
Se trataba de un golpe contra el presidente de la comisión de Gobierno de la Asamblea, el perredista Manuel Granados Covarrubias, quien propuso a Ramos Miranda en 2012 para ser el oficial mayor.
Como si fuera parte de una defensa similar a la de Borja, el 4 de diciembre el ex Oficial Mayor aceptó que la voz que se escuchaba en el video sí era la suya, pero negó tener vínculos con la delincuencia organizada y aseguró que su patrimonio era fruto de su trabajo. Se puso a disposición de las autoridades y aseguró que como no debía nada, podía volver al cargo, pero que no sabía si lo haría.
Presentó su declaración patrimonial y dijo que quien ganaba más era su esposa. Días después se reunió con la Comisión de gobierno, a quienes les presentó pruebas de su inocencia, y los integrantes de dicha comisión le ofrecieron volver, pero él rechazó hacerlo.
En su lugar quedó la ex secretaria particular de Granados. En los pasillos algunos dicen que Ramos Miranda prefirió quedarse sin cargo porque buscará una diputación local.
DE VICECOORDINADORA A SOLITARIA LEGISLADORA
Laura Ballesteros pasó de ser vicecoordinadora de la fracción parlamentaria del PAN en la ALDF, hasta el 8 de septiembre de 2014, a una diputada aislada, que sufre la ley del hielo de sus compañeros y del jefe de la bancada, Federico Döring.
Principal impulsora de la ley de movilidad en la ALDF, el tema es prácticamente el único que Ballesteros usa para convocar a conferencias de prensa, que hace en solitario, sin legisladores panistas que la acompañen.También se le ve aislada en el Pleno. Las versiones sobre por qué está en la congeladora son diversas. Integrante de la Comisión Política nacional del PAN y consejera estatal en el DF, la versión más socorrida es que su protagonismo en la ALDF molestó a Döring, que le quitó la vicecoordinación panista para dársela a Santiago Taboada.
A Ballesteros sólo le quedó seguir presumiendo la Ley de Movilidad.
ANIMALISTAS VIOLENTOS
A quien también le gusta presumir sus logros es al jefe de la exigua bancada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Jesús Sesma.
El ex encargado de Comunicación Social del PVEM fue el principal impulsor de la ley que prohíbe animales en los circos, una legislación muy criticada por cirqueros de tradición, como los Atayde, quienes han visto reducir la asistencia del público en sus funciones.
Pero Sesma está orgulloso de la ley. Por eso cuando el perredista Rubén Escamilla propuso el 4 de noviembre modificarla, sólo prohibir el uso de animales en circos a quienes los maltraten, y para ello contó con el apoyo de cirqueros que asistieron a la ALDF, el legislador del Verde llevó a supuestos defensores de animales, quienes rápidamente se repartieron camisas del PVEM y comenzaron a gritar contra los cirqueros.
Incluso hubo intercambio de golpes. Resultó que los supuestos animalistas eran empleados de la delegación Cuajimalpa, gobernada por el priísta Adrián Ruvalcaba, y forman parte del grupo de golpeadores conocido como “Los Claudios”. La propuesta de Escamilla ya no pasó.