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MÉXICO, DF, 16 de septiembre de 2014.- En México se estima que 25 por ciento de los 2 millones cien mil niños que nacen cada año presenta algún tipo de defecto del nacimiento, por lo que resulta fundamental apostar a la prevención en la salud materno infantil, señaló Nicolás Martín del Campo, cirujano pediatra egresado del Hospital Infantil de México.
Los defectos al nacimiento se ubican como la principal causa de discapacidad y mortalidad infantil en el país, pues interfieren con el proceso de adaptación a la vida después del parto, causando en el sujeto alteraciones biológicas, psicológicas y/o sociales que condicionan su calidad de vida.
De los niños que presentan algún tipo de defecto de nacimiento en el país, 8 por ciento sufrieron un nacimiento prematuro; 10 por ciento, bajo peso; 5 por ciento, hipoxia (falta de oxígeno en el nacimiento), y 2 por ciento, algún tipo de malformación congénita.
En cuanto a este último tipo de defectos, se presentan con mayor frecuencia casos de labio y paladar hendido (aproximadamente uno en dos mil nacimientos), seguidos de malformación del tracto gastrointestinal, del corazón y del sistema músculo esquelético.
La mayoría de las veces la cirugía pediátrica es la solución, si bien “en términos anatómicos, las posibilidades de éxito son casi del cien por ciento; pero desde el punto de vista funcional, es decir, que el paciente pueda hablar bien, tener una buena digestión o caminar bien, las posibilidades de éxito son de un 70 por ciento, el 30 por ciento restante tiene secuelas después de la corrección”, advirtió el especialista en entrevista con Quadratín México.
Para el experto, fundador del Grupo de Estudios del Nacimiento, A.C. (GEN), a pesar de que los servicios médicos tanto públicos como privados del país están a la vanguardia en cirugía pediátrica, así como en el número y calidad de especialistas, pues “estamos a la altura de cualquier país del mundo occidental”, lo mejor es la prevención: “Tratar es muy caro; prevenir, muy barato”.
Para quien fuera profesor de posgrado en la UNAM en Cirugía Pediátrica durante 17 años, se debe difundir ampliamente a la población cómo prevenir malformaciones con defectos al nacimiento, adoptando medidas antes, durante y después del embarazo.
Las medidas básicas de prevención consisten en “una buena alimentación, proyectar un nacimiento en padres no muy jóvenes (la edad idónea es entre 25 y 35 años), la ingesta de ácido fólico y vitamina D, así como evitar sustancias tóxicas (alcohol y drogas), y un adecuado control durante el embarazo.
En caso de presentarse alguna malformación, es importante contar con un diagnóstico y rehabilitación tempranos, en beneficio de la salud del bebé.