Oran por la paz en el Centro de Chilpancingo
MORELIA, Mich., 16 de noviembre de 2014.- En México existe una alianza criminal entre el Estado, las fuerzas armadas y los cárteles de la droga que aplasta las protestas ciudadanas siguiendo una pauta de violencia que se remonta a 1968, asegura el periodista británico Ed Vulliamy en un extenso artículo que publica la edición dominical de The Guardian.
Cuando se cierra el ciclo de las conmemoraciones del movimiento de 1968 en Chicago, París o Praga, pocos recuerdan que el verdadero baño de sangre de aquel año se realizó en la ciudad de México.
“No serán las manos con guantes negros que levantaron los atletas estadounidenses aquel año las que serán recordadas, sino las que usaban guantes blancos en el Batallón Olimpia y dispararon a la multitud inerme”, dice el periodista, para quien esa fue “la quintaesencia de la violencia política en México durante décadas”.
Lo grave, señala, es que “este año la violencia política ha sido subsumida por la violencia salvaje de la guerra entre las organizaciones delictivas y de éstas contra el Estado”. Pero más allá del horror de los cuerpos torturados y quemados de los estudiantes normalistas, lo verdaderamente espeluznante en México “es el entrelazamiento de la violencia ideológica con la del narco: dos pesadillas, dos cálculos pérfidos en uno.
“Hoy el Estado no necesita ser el verdugo. A diferencia de los dedos con guantes blancos de la Batallón Olimpia, hoy torturadores y asesinos a sueldo del cártel, ágiles a la hora de apretar el gatillo hacen el trabajo sucio y reciben por sus servicios un buen pago en especie”, concluye el artículo.