Visión financiera/Georgina Howard
Rosario de pecados… y puros miados
Lo sucedido hasta ahora en Guerrero debe mirarse como parte de una estrategia de miedo y terror. Todo apunta a un plan diabólico.
De confirmarse las declaraciones del Padre Alejandro Solalinde, los 43 de Ayotzinapa habrían sido quemados vivos por policías municipales y no por Los Guerreros Unidos como nos ha hecho creer las primeras investigaciones.
Los dichos del sacerdote –basados en cinco testimonios– implicarían la confirmación de otro delito de lesa humanidad, imprescriptible, perdurable hasta en tanto no aparezcan los desparecidos, con todas las consecuencias internacionales que esto conlleva.
Según el representante del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Jesús Peña Palacios, la tragedia de Iguala evidencia una tardía respuesta de las autoridades locales y federales. También implica fallas sistematizadas en los protocolos de búsqueda, exhumación y garantía de los derechos humanos de las víctimas, necesarios para impartir justicia. Para el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, hasta ahora todo se trata de una privación ilegal de la libertad.
Hoy no parece haber siquiera una investigación para precisar dónde ocurrió la quemazón de los desaparecidos, si los informantes de Solalinde le han dicho la verdad.
Según el Padre, testigos le señalaron en un mapa que los restos de los desparecidos podrían estar en Telolapan, cerca del municipio de Teloloapan (con diferencia de una letra), colindando con el Estado de México.
El hecho real hasta ahora, más allá de las denuncias del Padre Solalinde, –quien mañana hablará oficialmente ante la PGR–, es simple: los normalistas, a quienes hasta ahora se los tragó la tierra, no han aparecido, ni vivos, ni muertos… y los familiares de las víctimas creen más al cura, porque no confían en las investigaciones oficiales.
Eso irrita a la PGR.
…y eso también nos llevaría a otro escenario terrible: las evidencias forenses de los cuerpos descubiertos hasta ahora en fosas clandestinas, los cuales si no son de quienes se está buscando, sí son de otras personas a quienes –vaya paradoja—ni siquiera se buscaban.
Por cierto, Aún ignoramos hasta dónde han llegado las investigaciones para decidir qué se hace con los cuerpos encontrados. Mucho menos su identidad.
El delito de desaparición forzada no prescribe hasta conocerse si se debió a una intervención del Estado (bajo cualquiera de sus representaciones de autoridad) o no, y si eso sucede se le considera imprescriptible hasta la presentación de la persona. No es lo mismo un evadido, como el alcalde de Iguala, a un desaparecido.
Por eso en este gravísimo asunto, en el cual se mezclan todas las violaciones posibles a los Derechos Humanos, además de un rosario de delitos, hay demasiados problemas juntos como para reducirlo todo al simplismo de la renuncia de Ángel Aguirre, el “gobernador” de Guerrero.
Ese será asunto de posterior solución. Y quizá deba pasar por el Ministerio Público, no sólo por los Congresos, local y federal.
Como sea, el Estado es ahora rehén de la realidad. Y a esa, por fortuna, no se le puede sobornar.
EL MONJE LOCO: “Ya lo sabía, ya lo sabía”, cantaría la chilena Monna Bell en su Telegrama… La Comisión de Gobernación del Senado declarará improcedente la petición panista para desparecer los poderes en Guerrero. La Cámara Alta solo tiene la facultad de nombrar a un gobernador interino cuando por cualquier causa, ya hayan desaparecido los poderes de la entidad en cuestión. Los senadores se limitarán a exhortar al gobernador Ángel Aguirre a tomar las medidas necesarias para que el pueblo de Guerrero retome la confianza, así como a los poderes Legislativo y Judicial, a ejercer sus facultades de control «frente a las omisiones o actos del Poder Ejecutivo que vulneren, restrinjan y pongan en riesgo los derechos y libertades del pueblo de Guerrero». El PAN respinga: el abandono y la ausencia de las autoridades políticas a lo largo del tiempo ha derivado en un evidente estado de deterioro institucional. Los seis homicidios, los 23 heridos del 26 de septiembre y la desaparición de 43 normalistas ha dejado en la lona al gobierno federal, exhibido al Presidente de la República, encuerado a los gobiernos y policías municipales… y embarrado a los partidos políticos apremiados por el triunfo… total, puros miados fuera de la bacinica.
@JoseCardenas1 | [email protected] | josecardenas.com.mx