Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El submarino amarillo
Cuando el Titanic chocó con el iceberg, el constructor del trasatlántico insumergible ordenó cerrar esclusas. Se inundaron tres secciones; si no cerraban la cuarta, ocurriría el hundimiento…
Algo así está ocurriendo en el PRD. El barco amarillo se inundó primero con el desastre de la Línea 12 del Metro; peor aún, con los Abarca de Iguala, sin descontar la renuncia de notables figuras. Ahora entra más y más agua al buque con la dimisión partidista del gobernador guerrerense con licencia, Ángel Aguirre Rivero. ¿El PRD se irá pique irremediablemente?; ¿se convertirá en El Submarino Amarillo?; ¿el boquetazo guerrerense podrá taparse sólo con el papel mojado de una carta de deslinde?
La debacle atizada por el sospechoso gobierno perredista, encabezado por Aguirre Rivero, sólo puede deslindarla la justicia; de nada sirven los golpes de pecho, tampoco los arrepentimientos, o el reparto de culpas, y mucho menos aquello de sí te conocí ni me acuerdo… pero eso sí en el PRD ahora recuerdan que Aguirre nunca fue militante sino un sólo simpatizante externo procedente del PRI –¿el espía que vino del frío?– partido al cual habrá que cobrarle la factura por los daños ocasionados por el multi susodicho.
Para no ahogarse –y exorcizarse– los perredistas tunden al ex gober guerrerense… y se lo llevan de corbata –amarilla–. A años luz han quedado aquellos tiempos en que el líder Carlos Navarrete metía las manos al fuego por Aguirre; hoy no defiende a nadie, y menos a ese desgraciado –caído en desgracia, quiero decir–.
En el control de daños, Navarrete trata de distraer la atención para que lo de Aguirre se note menos.
La defenestración del ex gober rete caído es rete total. En términos de la lucha libre, los perredistas aplican al ángel caído la huracarrana, la quebradora, el cristo, el candado, la Wilson y –como diría mi plomero– hasta la Stillson, con todo y una buena plancha.
A tres meses y medio de la elección –con el PRI montado en un 31 por ciento de las preferencias electorales– la dimisión del Ángel Aguirre, el escándalo de su hermano incómodo, pero sobre todo los macabrones Abarca, sepultarán cualquier posibilidad electoral para el PRD en Guerrero… y otras latitudes. ¿Cuánto apuesta?
EL MONJE LOCO: El senador Sofío Ramírez es víctima colateral de la debacle perredista en Guerrero; su cercanía con el ex gober Aguirre lo deja fuera de la jugada por la candidatura al gobierno del estado. La buena será Beatriz Mojica, leal a la nomenklatura chucha, a quien los insidiosos han pretendido desprestigiar. En las próximas horas, Beartiz será proclamada candidata… ¿de unidad?
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