Corrupción: un país de cínicos
No nos ayudes compadre
El uruguayo Edgardo Buscaglia, investigador la Universidad de Columbia –entrevistado ayer en Excélsior por Georgina Olson– vino a decirnos lo que ya sabemos.
Cierto, el ánimo nacional está hundido por el empoderamiento de la narco-delincuencia, la debilidad de las instituciones para combatirla, la falta de democracia, y el mal estado del Estado. (http://www.excelsior.com.mx/nacional/2015/08/24/1041790)
El experto en derechos civiles, seguridad, crimen, corrupción y violencia, intenta compararnos con Colombia. Dice que México sale perdiendo porque allá son más democráticos y que con la “bendita” ayuda de EU paralizaron a los cárteles de la droga, mientras que en nuestro país hay indiferencia para romper el ciclo perverso de la violencia que beneficia a los grandes oligopolios a los cuales conviene la permanencia del statu quo. En pocas palabras, que la presión internacional todavía no llega a México con la fuerza que tuvo en Colombia… ¿y que debería de llegar?
Buscaglia mete hilo para sacar hebra. Subraya la urgencia de un nuevo régimen electoral que impida la política ficción que deriva en la apatía ciudadana y la falta de participación social, más allá de la cultura de las protestas y las marchas.
Asegura que el país está deprimido, no solo por la violencia crónica que nos ha acostumbrado a vivir con miedo; que la baja autoestima es un mal mayor, provocado por virus y bacterias que atacan a un organismo carente de defensas… y pregunta:
– ¿Cómo evitar la baja autoestima, cuando la impunidad esta institucionalizada?
Juzga que los abusos de autoridad no se castigan; que los conflictos de interés no existen; que las leyes son tramposas porque están diseñadas para proteger a servidores públicos que se sirven con la cuchara grande…
Asegura que es imposible mantener buen ánimo, cuando el sistema de justicia es un desastre; las reformas modernizadoras no terminan de aplicarse; la indolencia de los gobiernos estatales y municipales congela el cambio prometido hace más de siete años, la economía no responde y las desapariciones forzadas siguen pesando sobre las instituciones encargadas de la seguridad.
Gracias al señor Buscaglia por venir a descubrirnos el hilo negro y el agua tibia.
EL MONJE LOCO: ¿Qué busca Buscaglia? Al intelectual ese no le falta razón en tan severo diagnóstico… pero sí le sobra intención; cree que nos conoce, pero ignora el “masiosare” que todos llevamos dentro; no nos gusta que un extranjero nos venga a leer la suerte… y menos a nombre de terceros.
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