
Hallan 3 asesinados con torniquete en Acapulco
MÉXICO, DF., 4 de agosto de 2015.- La riqueza petrolera de Veracruz, contrasta con el horror de la violencia que durante los últimos años convirtió a la entidad en uno de los estados más peligrosos de México.
En el reportaje titulado El polvorín de Veracruz, que publica El País en su edición de este 5 de agosto, da cuenta de la pelea territorial entre grupos del crimen organizado, las muertes perpetradas en contra de periodistas y el alarmante número de homicidios derivados de las disputas de cárteles de la droga.
El periódico español recuerda que en septiembre de 2011, a plena luz del día y frente al mayor centro comercial de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, seis furgonetas cortaron el tráfico, abrieron las compuertas y arrojaron 35 cadáveres y un mensaje que sentenciaba: “Aquí yace el Ferras y su corte real”.
La llamada guerra contra el narco ha azotado durante los últimos años a la zona del Golfo de México. Su paso, de estrategia para el envío de droga a la costa este de Estados Unidos, lo convirtieron en un jugoso pastel para las mafias.
Al otro lado de esta escena, se encuentra la de quienes por su labor de informar lo que sucede en esa entidad, ponen en riesgo y pierden la vida al incomodar a los líderes de la mafia.
“En 2011 se registraron más de 1,000 homicidios, más del doble que el año anterior, según cifras del Inegi. El actual gobernador, Javier Duarte, llevaba apenas un año en el cargo. Había sucedido al polémico Fidel Herrera, continuando una saga de mandatarios priistas que dura más de 80 años”, publica el reportaje.
La visibilidad de Veracruz se produjo también por los ataques y asesinatos de periodistas. El último, el de Rubén Espinosa el pasado 31 de julio en la ciudad de México y quien había salido del Estado denunciado convirtió a Veracruz es el Estado mexicano más letal para ejercer la profesión.
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