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El vuelo del hombre gana premio biblioteca breve 2025 de Seix Barral
MÉXICO, DF, A 31 de octubre del 2014.- “A la memoria de sus vidas”, reza el letrero de la enorme calavera blanca, de tres metros de altura colocada en la plancha del Zócalo. Sin embargo nadie le hace caso. Los miles de espectadores que arriban a cada instante a la zona la ignoran por completo. A decir verdad, son los 23 cráneos restantes los que llaman poderosamente su atención, y no es para menos. Éstos sí tienen nombre y apellido. Éstos son hechos a la memoria de grandes escritores Latinoamericanos. Y además están bellamente adornados con flores de cempasúchil, y pintados con miles de colores.
Son las 11:00 de la mañana de este 31 de octubre y pese a que la Secretaría de Cultura suspendió, sin explicación alguna, la inauguración oficial de la Mega Ofrenda Literaria, son una bola de infantes los que salen de la estación del metro, acompañados de sus familiares, y llegan a la plancha cada dos o tres minutos. Se les observa entusiasmados.
“Yo quiero una foto con ésta calaca, mamá”, grita, un niño por allá.
“Ya te dije que no es calaca, es calavera”, corrige la mamá, enfrente de una multitud de muchachitos, lo que termina por apenar al impreciso aquél.
Y aunque es probable que la gran mayoría de infantes no tenga la menor idea de quiénes fueron los escritores Efraín Huerta, José Revueltas u Octavio Paz, no por ignorancia, sino por su corta edad, piden a sus acompañantes que también les tomen fotos con las calaveras de esos escritores, a quienes se dedica esta ofrenda, por sus 100 años de natalicio.
Hacia uno de los extremos se observa una muy particular aglomeración. Niños y adultos se arrebatan el lugar para ver quién se toma la foto primero junto a esa maravillosa calavera. Sin duda una de las más espectaculares. Y es que una enorme y brillante mariposa amarilla cubre los 2 metros y medio de ancho de ese cráneo. Y sí. Se trata del tributo al ‘Gabo’, el escritor colombiano Gabriel García Márquez, quien por siempre declaró que tanto las flores como las mariposas amarillas le traerían bienestar a su vida, y parece ser que también a su muerte.
Pero en esta ofrenda organizada por el Gobierno capitalino también se recuerda a grandes literatoos como Carlos Monsiváis, Carlos Fuentes, Alejandro Aura, Juan Gelman, José Emilio Pacheco, Federico Campbell, María del Carmen Millán y Emmanuel Carballo. Todos cuentan con su megacalavera, mismas que por las noches se iluminan a través de una luz blanca que sale por las enormes cavidades de lo que alguna vez fueron sus ojos…
Pero esperen… Finalmente se logra observar que hay tres personas que sí han hecho caso a la calavera que no pertenece a nadie (y que a su vez podría pertenecer a todos) Ésa en la que sólo se distingue: “A la memoria de sus vidas”. Se trata de Luciano Espano. Un pintor, quien ha acudido este viernes en compañía de sus dos pequeños a conocer esta exposición.
“Lo único que podríamos celebrar en estas fechas es estar todo el pueblo unido por nuestros muertitos. Es la única celebración, que estemos todos juntos, todos unidos por nuestros muertitos”, expresa en tono sombrío el artista, a la pregunta sobre si existe ánimo para celebrar ante tantas noticia sobre violencia en el país.
“¿Usted le habla sobre tanta violencia a sus niños, señor?”, se le cuestiona.
“Hay que decirles claro a los niños esto. Yo trato de decirles claro las cosas, con toda sinceridad a mis hijos. Hay por ejemplo 43 desaparecidos, pero no sólo son ellos. Hay muchos más, hay miles por cuestiones de egoísmo, por cuestiones de prepotencia, y los niños deben de saberlo”, considera.
Toma de la mano a sus dos pequeños y comienza a relatar a esta reportera una anécdota personal.
“Hace muchos años un coleccionista me compró uno de mis cuadros… Cuando llegué a su casa, sus dos pequeños estaban desayunando. Recuerdo que mi pintura era sobre un hombre muerto. Un muertito tirado… De hecho ese cuadro lo había expuesto en el Museo del Chopo… Pero cuando vi a sus niños desayunando frente a esa imagen, le pregunté:
‘Oye, ¿no es un poco fuerte que tengas a tus niños viendo esa imagen?’ y él me contestó: ‘Es que ellos tienen que conocer lo que es la vida y la muerte, y desde pequeños es importante en la educación. La vida y la muerte nos concierne’, me dijo. Y también las cosas terribles sobre el ser humano, como la agresión y la violencia”, finaliza.